ISSN: 2710-088X - ISSN-L: 2710-088X

Volumen 7, No. 19 / Mayo - agosto 2025

Páginas 63 - 78

 

La gestión académica para el fortalecimiento de la calidad educativa

 

Academic management for the strengthening of educational quality

 

Yarledy Rodríguez Cortez

yarledyrodriguez.est@umecit.edu.pa

https://orcid.org/0009-0006-0545-1021

Universidad Metropolitana de Educación, Ciencia y Tecnología, Ciudad de Panamá, Panamá

 

https://doi.org/10.61287/revistafranztamayo.v.7i19.4

 

Recibido: 02 de diciembre 2024 / Arbitrado: 08 de enero 2025 / Aceptado: 01 de marzo 2025 / Publicado: 15 de mayo 2025

 

RESUMEN

Este ensayo aborda un análisis sistemático de fuentes bibliográficas referente a los aspectos y elementos pertinentes de cómo a través de la gestión académica se puede lograr el mejoramiento de la calidad educativa. La gestión académica implica la administración eficiente de los recursos, procesos y funcionamiento de las instituciones, que van desde escuelas primarias hasta la educación superior, quienes deben dar cuenta por medio de esta, los logros y avances de los propósitos a cumplir. Entendiendo, que la educación a traviesa por múltiples dificultades observadas en algunos informes de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), que van desde la falta de implementación de políticas en los procesos de mejoramientos coherentes con la realidad escolar, organización de la praxis pedagógica y problemas socioeconómicos que han complejizado aún más el escenario educativo. Para ello se realiza un estado del arte de aspectos relevantes de la gestión académica y su incidencia en la calidad educativa, en el que se concluye que, para el logro de la calidad educativa, es necesario trabajar desde la gestión académica acciones eficientes que permitan la organización y planificación del diseño curricular, como también la implementación de políticas pedagógicas, proyectos o programas innovadores para fortalecer los sistemas educativos, proponiendo objetivos y metas que apunten a la excelencia de la calidad.

 

Palabras clave: Gestión académica; Calidad Educativa; Mejoramiento de la educación

 

ABSTRACT

This essay addresses a systematic analysis of bibliographic sources regarding the pertinent aspects and elements of how academic management can achieve an improvement in educational quality. Academic management involves the efficient administration of resources, processes, and the functioning of institutions, ranging from primary schools to higher education, which must account for the achievements and progress made toward their goals. It is understood that education faces multiple difficulties, as observed in some reports by the United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization (UNESCO), ranging from the lack of implementation of policies in improvement processes consistent with the school reality, the organization of pedagogical praxis, and socioeconomic problems that have further complicated the educational landscape. To this end, a state-of-the-art review of relevant aspects of academic management and its impact on educational quality is presented.

 

Keywords: Academic Management; Educational Quality; Improvement of Education

 

INTRODUCCIÓN

La calidad educativa se refiere al nivel de formación alcanzado cuando se cubren las demandas de los estudiantes y docentes. Se distingue por la obtención de saberes, destrezas y competencias que capacitan a las personas para manejarse en la sociedad. En cambio, dicho nivel se ha visto afectado por diversos factores que inciden en el logro y desempeño del proceso de formación, tal es el caso de la gestión académica que define el procedimiento de decisión para realizar la planificación, implementación, monitoreo y evaluación de acciones relacionadas con la mejora de las labores educativas en beneficio de su comunidad. En la actualidad muchos son los desafíos que enfrenta el sistema educativo colombiano, en primera instancia se plantea la praxis pedagógicas por parte de los docentes, las cuales no siempre se desarrolla de manera intencionada, sistemática y estructurada, se evidencia la falta de organización y planificación de estas, entendiendo que para la adquisición del aprendizaje los estudiantes se necesita reflexionar desde la cotidianidad, la resolución de problema y la evaluación de los procesos cognitivos, acciones que el docente debe hacer para que se pueda alcanzar dichos procesos. Probablemente, la complejidad de modificar las prácticas pedagógicas se relaciona en cierta medida con una mala comprensión de las mismas, y, por lo tanto, con formas inapropiadas de buscar el cambio.

Otro aspecto relevante es el rendimiento académico de los estudiantes. Este se define como la medida en que un individuo ha adquirido las competencias y habilidades, mediante un proceso de enseñanza e instrucción. Sin embargo, existe un conjunto de perjuicios y conductas que lo afectan, como es el caso de la motivación que actúa como un motor psicológico en el proceso de enseñanza- aprendizaje y su relación con la evolución cognitiva. También se debe considerar que otros de los causales del bajo rendimiento académico es la conexión entre el rol de la familia, el desempeño que logre el estudiante y el impacto que genere el papel del docente, estas consideraciones son selectas, porque permiten que se consiga la atención de los estudiantes y sea visible el interés por la escuela.

Aquí se hace necesario resaltar, las contribuciones del estudio realizado por Moreles (2024), quien expresa que la familia es de gran apoyo para el logro académico, ya que, dependiendo de su nivel socioeconómico y de escolaridad se favorece la continuidad escolar y se contribuye al rendimiento académico de los hijos, es decir, que en los hogares económicamente estable y escolarizados el desempeño escolar es positivo. Lo que muestra, que los factores de recursos y escolarización impactan en las expectativas académicas, dado que, la estructura familiar condiciona las relaciones entre sus miembros y se establece como vehículo de transmisión de capital cultural.

Por otro lado, también se identifica la falta de implementación de políticas educativas para los procesos de mejoramiento, las cuales son fundamentales para evidenciar esas mejoras en el servicio. Concibiendo, que las políticas educativas hacen referencia a las medidas tomadas por un gobierno en términos de prácticas pedagógicas y el modo en que el gobierno gestiona la producción y provisión de la educación. (Viennet y Pont, 2017). Estas constituyen el marco de referencia y líneas de acción para el acceso, calidad y equidad en la educación. Así, no solo reflejan las prioridades estatales en materia educativa, sino que también responde a los desafíos y necesidades de varios contextos.

Igualmente, a este panorama se le suma los problemas socioeconómicos que afectan la calidad educativa de los estudiantes. Por un lado, se observa la dificultad del acceso a la educación, marcado por zonas donde hay disponibilidad de instituciones dotadas con una infraestructura adecuada, recursos humanos, pedagógicos y otras donde la falta de estos impide que el proceso de aprendizaje de niños y jóvenes sea eficiente. A la par, está la deserción escolar, ya que la pobreza obliga a los estudiantes a dejar y abandonar sus estudios para trabajar y ayudar a sus padres con el sustento diario.

De ahí, que la situación económica de la familia tiene gran influencia en el rendimiento académico de los estudiantes, lo que puede generar vulnerabilidad social o falta de motivación personal para seguir con su progreso educativo. Muchos estudiantes al observar que en su entorno existen tantas dificultades e inconvenientes para suplir las necesidades básicas alimentación, vivienda, salud entre otras, consideran que la mejor opción es no seguir con sus estudios y dedicarse a en trabajar para satisfacer sus penurias y las de sus familiares. (Gómez et al., 2021). 

En relación con esta panorámica surge el siguiente interrogante ¿Cuáles son los factores de gestión que inciden en el mejoramiento de la calidad educativa en las instituciones oficiales? Conforme a esto, debe considerase en las instituciones la gestión académica a partir de los cambios, adaptando sus estructuras al ritmo de la evolución de la social, estudios previos de manejo de proyección, orientación, control, evaluación y ajustes al sistema para la integración de los procesos de mejora continua para la calidad del sistema educativo.  En este orden de ideas, se hace oportuno examinar otras políticas y perspectivas que sirvan de análisis y reflexión para la transformación de la educación, teniendo en cuentas los retos de la sociedad existente.

 

DESARROLLO

Gestión académica

Es un componente que cumple un papel fundamental en la organización y administración de las instituciones educativas, para adquirir el aseguramiento de la calidad en la enseñanza- aprendizaje de sus estudiantes. Su importancia radica en aspectos claves, que afectan directamente a estudiantes, docentes, administrativos y el buen funcionamiento de los centros formativos. Así pues, la gestión académica centra sus esfuerzos en la implantación de estrategias para mejorar el rendimiento estudiantil, incluyendo la identificación de métodos de enseñanza eficaces, diseños de planes de estudios coherentes, la implantación de sistemas innovadores y sólidos que asistan al buen desempeño estudiantil.

Muchos son los autores que se han dedicado a exponer la importancia, de establecer los parámetros de la gestión académica en las instituciones, con la intención de que estas sean competitivas y estén a la vanguardia para el mejoramiento educativo. Según Rendon (2009), define “la gestión como el conjunto de acciones integradas para el logro de un objetivo a cierto plazo; es la acción principal de la administración y es un eslabón intermedio entre la planificación y los objetivos que se pretenden alcanzar” (p. 41). Se considera como la acción central en el ámbito administrativo, centrándose como el enlace entre la administración y la consecución de los objetivos establecidos. Hace referencia al proceso de administrar, supervisar o controlar recursos, actividades, tareas o cualquier otro elemento con el fin de alcanzar objetivos específicos de manera efectiva.

Las razones anteriores apuntan, a que se debe llevar a cabo de manera conjunta todas estas series de operaciones, para que el proceso y manejo de las instituciones tengan a futuro los fines instituidos. Lo que implica, abandonar todo el sistema tradicional, dando paso a un sistema multidisciplinar, donde los estudiantes se enfrenten a diversas disciplinas y expectativas, que les permita desarrollar una comprensión amplia y profunda del mundo que les rodea. Con la intención de, aumentar la capacidad de análisis crítico y demás habilidades que son necesaria para superar los obstáculos complejos de la sociedad moderna.

Por otra parte, la Gestión Académica es la encargada del diseño curricular, el plan de estudios y el trabajo en el aula a cargo de los docentes y equipo educativo. Es la base sobre la cual se sustenta cualquier propuesta educativa, en tanto en ella se enfocan los procesos de enseñanza y aprendizaje. Debido a esto, los establecimientos educativos deben tener claramente definidas la acciones a ejecutar para que se puedan cumplir, los procesos de organización y planificación que la gestión académica requiere para su efectividad. Así mismo, implica la coordinación y ejecución de actividades y recursos de manera organizada, con el fin de conseguir las metas en un tiempo determinado (Fonseca y Molina, 2017).

Otro rasgo de la gestión académica es que es un proceso integral y sistemático que busca la excelencia. Los aportes de Ríos (2021) ostentan que una buena gestión académica implica planificar, desarrollar capacidades, situar procesos, asegurando la calidad de los mismos, responsabilizarse y presentar su rendición de cuentas o resultados. Así pues, debe existir un liderazgo de carácter pedagógico efectivo, esencial para crear un entorno de aprendizaje de alta calidad y para garantizar que los métodos educativos tengan un propósito claro y sean auténticos. De lo contrario, los procesos desarrollados carecerían de sentido.

Hay que mencionar, además, que la gestión en lo referente al campo educativo es un proceso dinámico y que requiere compromiso, principalmente porque se trabaja con sujetos y por ello se requiere de la participación y del compromiso de todos los actores que intervienen, pues en la medida que exista una seria intervención, la comunidad se verá inmersa en todo proceso llevado a cabo (Rico, 2016). Lo que quiere decir, que la gestión académica está caracterizada como un proceso vital, que involucra una constate, evolución y cambio. Esta disposición sugiere que las técnicas y métodos de gestión deben adaptarse continuamente a satisfacer las necesidades del entorno, impactándolo de forma positiva.

Desde esta mirada, es necesario entender que la gestión académica no solo está fundada en la elaboración de planes y programas de estudio, sino que también su firme revisión y ajuste a las penurias cambiantes de los estudiantes, abarcando igualmente la selección y formación de los docentes, la evaluación del rendimiento y la ejecución de políticas que promuevan la equidad y la inclusión.

Otro punto es, que la gestión académica es el núcleo de las actividades que se realiza en cualquier institución. Desde el MEN (2008), en la guía 34 se define qué gestión académica “es la esencia del trabajo de un establecimiento educativo, enfoca sus acciones para garantizar que los estudiantes aprendan y desarrollen las competencias necesarias. Se encarga de los procesos de diseño curricular, prácticas pedagógicas, gestión de clases y seguimiento académico” (p.16). Es decir, cómo se debe planificar las actividades a realizar en una institución para obtener sus objetivos, de administración eficientemente todas las tareas relacionadas con la instrucción y el aprendizaje, para así ofrecer un servicio de calidad a sus estudiantes. Por esta razón, la gestión académica está centrada principalmente en facilitar el desarrollo y aprendizaje de los estudiantes, que para su óptima consecución se debe llevar a cabo las actividades anteriormente mencionadas: diseño curricular, prácticas pedagógicas, gestión de clases o aula y seguimiento académico.

En resumidas cuentas, la gestión académica se focaliza en la organización y dirección de las instituciones educativas, asegurando que los estudiantes reciban una educación de calidad. Así mismo, la toma de decisiones, retribución de recursos, planificación, supervisión y la evaluación de actividades con el fin de conseguir resultados deseables. Se debe contar con la participación de todos los actores que intervienen en el proceso educativo para que este tenga buenos resultados, lo que contribuye igual, al éxito de sus esfuerzos.

 

Diseño curricular

El diseño curricular está relacionado con la estructuración de planes de estudios y programas académicos. Este proceso lleva a la toma de decisiones sobre él qué enseñar, cómo enseñar y cuándo enseñar en una institución de carácter educativo. Para Aranda & Salgado (2005), “El diseño curricular es un proceso cuyo resultado es el documento que reúne un conjunto de elementos necesarios para conseguir cierta formación en una institución de educación”. (p. 34). Dicho de otra manera, es un proceso que culmina con la redacción de un documento que integra diversos elementos esenciales, que sirven de apoyo para alcanzar la formación específica en un centro educativo.  Lo que implica, que el diseño curricular debe garantizar que los objetivos educativos se cumplan a cabalidad y que los estudiantes adquieran el conocimiento y las habilidades relevantes.

El MEN (2008), exhibe que “el diseño curricular define lo que los estudiantes van a aprender en cada área, asignatura, grado y proyecto transversal, el momento en el que lo van a aprender, los recursos a emplear, y la forma de evaluar los aprendizajes”. (p. 29) dicho brevemente, aquí se seleccionan los temas, conceptos y materiales de estudio que se enseñarán. Esto significa, determinar qué se incluirá en el plan de estudios y cómo se organizará, decidir cómo se transmitirá o se orientará la información y cómo se evaluará el progreso de los estudiantes, definiendo los conocimientos y habilidades concretas que se espera que estos adquieran en la duración del período educativo. Esto incluye la elección de estrategias pedagógicas, recursos educativos y métodos de evaluación.

Las contribuciones de Vidal & Pernas (2007), precisan que el diseño curricular es “una propuesta político-educativa, dado que responde a los intereses de determinados sectores socioeconómicos y define una vinculación entre la sociedad y la institución educacional que lo ejecuta” (p. 1). Conforme a este planteamiento, el diseño curricular no es solo una herramienta técnica para estructurar la enseñanza, sino que también refleja y unas dimensiones de políticas educativas. Sobre todo, que las decisiones aquí tomadas pueden estar influenciadas por consideraciones políticas y sociales, con los intereses de varios sectores socioeconómicos; que destacan una relación dinámica entre las necesidades y expectativas de una sociedad y la forma en que las instituciones educativas abordan dicha demanda, a través del diseño curricular.

Para resumir, el currículo no es solo es un evento puntual, sino un proceso continuo que implica la planificación, desarrollo y revisión de los elementos curriculares en un tiempo establecido. Siendo un enfoque ambicioso que se adapta a las exigencias variables de los estudiantes, así como la institución y el entorno.  Dicho esto, no es limitarlo a un solo aspecto, sino que considerar la integración de varios mecanismos que pueden contener objetivos educativos, contenidos de aprendizaje, métodos pedagógicos, evaluación, recursos y demás mecanismos necesarios para la formación estudiantil.   

 

Prácticas pedagógicas

Al hablar de prácticas pedagógicas, estas van más allá de solo transmitir conocimiento, estas implican una comprensión profunda de ¿cómo la educación es abordada por los docentes?, ¿cómo se conectan los conocimientos impartidos con la vida cotidiana de los estudiantes?, y finalmente ¿cómo se crea el entorno donde se suscita el aprendizaje?, todos estos interrogantes evidencias que las prácticas pedagógicas reflejan la filosofía educativa y las creencias de los docentes sobre cómo se produce el aprendizaje. Lo que concierne a la comprensión de la naturaleza del conocimiento, teorías del aprendizaje y su enfoque sobre el rol del estudiante en su propio proceso de formación. Teniendo en cuenta, la conexión que debe existir entre los conocimientos impartidos en el aula de clase con la vida cotidiana y las experiencias de los estudiantes.

Autores como Becerril (1999), revelan “independientes del área de desempeño donde se realice la práctica docente, como una práctica que debe entenderse como un todo, síntesis de múltiples determinaciones” (p.11). Por esta razón, las prácticas pedagógicas van más allá de solo transmisión de conocimiento; estas contienen una reflexión costaste de las actividades y métodos utilizados, adaptación a las particularidades del contexto y compromiso de la comunidad. Por consiguiente, las prácticas pedagógicas deben ser efectivas y estar relacionadas con la organización institucional, las estrategias de enseñanza y la orientación en el desarrollo de competencias. La planificación cuidadosa y la ejecución misma de las experiencias son fundamentales para el éxito educativo de los estudiantes y el impacto significativo en el aprendizaje. Se hace necesario, el papel de los docentes en la creación de entornos de aprendizajes positivos y estimulantes, donde se cuente con un clima seguro y de apoyo constante para que los estudiantes participen activamente en el proceso y se sientan valorados como individuos.

 

Gestión de clases o aula

La gestión de aula se refiere a las estrategias y prácticas empleadas por los docentes, para mantener un ambiente útil y positivo dentro del salón de clase. Esto involucra también la implementación de estructuras y normatividad que susciten el compromiso y respeto mutuo de los estudiantes, al igual que la maximización del tiempo de instrucción. Aquí prima, la comunicación que debe haber entre docentes y estudiantes, ya que el docente debe comunicar de forma clara y precisa las expectativas de comportamiento y rendimiento académico, las reglas de aula, procedimientos para la ejecución de tareas y consecuencias del no cumplimiento.

Lera y Jensen (2007), definen la gestión de aula “como todas las acciones realizadas por el profesorado para establecer el orden, conseguir la atención de los estudiantes o provocar su cooperación” (p.1). Es una habilidad decisiva para los docentes, ya que un ambiente de aprendizaje próspero y organizado crea un entorno propicio para el éxito académico y el desarrollo socioemocional de los educandos. Es así que, los docentes deben ser eficientes en el uso del tiempo, planificación de actividades y transiciones que les ayuden a minimizar los periodos de inactividad y aprovechar al máximo el tiempo dedicado a la adquisición del conocimiento, atendido desde la heterogeneidad. Considerando, que cada estudiante tiene diferentes estilos de aprendizaje, habilidades y necesidades, los docentes deben ajustar su enseñanza para atender la diversidad utilizando estrategias de diferenciación, flexibles y apoyo alternativo para aquellos que lo necesiten.

En definitiva, la gestión del aula implica un conjunto de acciones y estrategias que los docentes utilizan para establecer un entorno educativo benéfico para el aprendizaje. Teniendo en cuenta la conservación del orden, la captación de la atención de los estudiantes y la promoción de la cooperación entre ellos. Una gestión del aula adecuada contribuye al éxito académico y al bienestar de los estudiantes. Generando un ambiente de tranquilidad y comunicación asertiva, donde prime el trabajo en equipo, la resolución de conflictos de manera unificada, apoyo mutuo y los estudiantes se sientan seguros, motivados y capaces de alcanzar su potencial.

 

Seguimiento académico

El seguimiento académico está asociado, con la forma de cómo guiar a los estudiantes para que alcancen los aprendizajes y el desarrollo integral. Más allá, de monitorear tareas y actividades, el orientador debe crear empatía y propiciar una comunicación constante y efectiva con el estudiante, que permita detectar falencias y los ajustes necesarios para su mejoramiento académico.

El seguimiento académico, según Parcerisa (como se citó en Cifuentes y Camargo, 2016) constituye el conjunto de lineamientos y estrategias a partir del Proyecto Educativo Institucional (PEI), examinando el desarrollo de la formación de los estudiantes, partiendo de sus necesidades e intereses. Debido a que el PEI tiene como meta primordial el progreso pleno de los estudiantes, para conseguir esto se debe tener en cuenta una serie de factores como el contexto y entorno social que los rodean. En este orden de ideas, el seguimiento académico busca ir más allá de los resultados del proceso educativo y está orientado a la formación intelectual, social y personal de los estudiantes. Adaptando las estrategias y planes de estudios para el aseguramiento de la coherencia entre la visión institucional y las acciones implementadas en el quehacer pedagógico.

Cabe considerar, que el seguimiento académico, según la guía 34, está focalizado en evaluar y mejorar permanentemente el proceso educativo, con la utilización de los resultados estudiantiles, como mentor para la toma de decisiones y la retroalimentación escolar. Por eso, debe centrarse en proporcionar una educación de calidad, supervisando la enseñanza-aprendizaje, evaluando el progreso y los ajustes necesarios que estén alineados a los objetivos educativos propuestos (Paredes y Rodríguez, 2016).

También, el seguimiento académico debe estar alineado a las demandas y competencias contemporáneas de la educación; más que medir el rendimiento busca el desarrollo de competencias transversales que son transferirles en diferentes contextos y que son fundamentales para la resolución de problemas y las habilidades de pensamiento crítico (Marín et al., 2006). En otras palabras, es un componente de utilidad para adquirir el aprendizaje; en el cual los estudiantes tienen la facilidad de revisar, reorganizar y modificar sus conocimientos, en la medida que interactúan con nuevas estructuras de información. De ahí, que el docente, a través de este, puede identificar momentos claves donde los estudiantes pueden necesitar apoyo, y que, con el uso de la retroalimentación recibida, los estudiantes podrán fortalecer los procesos cognitivos como el análisis, interpretación y diferenciación. 

 

Calidad educativa

La calidad educativa tiene que ver con la evaluación y ascenso de la educación en todos sus niveles y aspectos. Compromete la búsqueda constante de la excelencia en la enseñanza y el aprendizaje, así como la satisfacción de los objetivos educativos de manera eficiente. Por tanto, los docentes altamente calificados desempeñan un papel fundamental en la calidad educativa. Su capacitación, experiencia y compromiso son esenciales para el éxito de los estudiantes. De la misma forma, los planes de estudio y programas educativos deben ser actualizados y relevantes para las necesidades del mundo contemporáneo. Deben preparar a los estudiantes para enfrentar las necesidades y oportunidades de la sociedad actual.

La calidad educativa debe ser un proceso que asegure la formación integral y contribuya al desarrollo social, en la actualidad se acentúa su desempeño cognitivo medido por pruebas estandarizadas complementado con los procesos académicos y administrativos enfocados en metas institucionales, nacionales e internacionales, sin considerar necesariamente la vinculación con los problemas del contexto (Martínez et al., 2010). No obstante, la educación debe orientarse de forma plena y contribuir al desarrollo en todos los aspectos de la vida de los estudiantes, pues, una educación de calidad no solo debe centrarse en el desarrollo de competencias cognitivas, como el conocimiento académico, sino también en el perfeccionamiento de habilidades socioemocionales, ciudadanas y prácticas que permitan a los estudiantes enfrentar las complicaciones del mundo existente. Esto involucra promover la empatía, la comunicación, la resolución de problemas, la creatividad y el pensamiento crítico.

De este modo, la calidad educativa debería ser un proceso integral que se preocupe tanto por el desempeño académico, como por la formación de ciudadanos responsables y comprometidos con su entorno social. La educación de calidad debe ser un motor de desarrollo social y personal, y no simplemente un medio para cumplir con esquemas y pruebas estandarizadas. Es el objetivo fundamental en la mayoría de los sistemas educativos. Las políticas y estrategias educativas a menudo se enfocan en perfeccionar la eficacia de la educación para garantizar que los estudiantes reciban una formación que los prepare adecuadamente para el futuro.

Lo propuesto por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, 2013) la calidad educativa se ha centrado en los resultados académicos de los estudiantes, especialmente en áreas como lenguaje, matemáticas y ciencias a través de pruebas estandarizadas a nivel nacional e internacional, es una práctica común en muchos sistemas educativos. Estas pruebas permiten evaluar el nivel de aprendizaje de los estudiantes y proporcionan datos cuantitativos que facilitan la comparación y el seguimiento de la calidad educativa. En síntesis, el análisis de la calidad de la educación basado en resultados académicos es un instrumento útil, pero debe efectuarse en conjunto con otras direcciones y considerando el escenario educativo en su totalidad para tener una comprensión completa de esta. Sin embargo, no debe limitarse únicamente a los resultados de las pruebas, sino que abarca una amplia gama más de aspectos que influyen en el aprendizaje y el desarrollo de los estudiantes.

 

Clima escolar

El clima escolar es un concepto que está conexo, con el ambiente que hay al interior de las escuelas, en las aulas de clases. Este tiene que ver, con las relaciones interpersonales entre los estudiantes y el personal de la comunidad educativa, además de la convivencia pacífica que se pueda dar entre estos.

El clima escolar trata de “procesos de innovación y de cambio estructural en las escuelas. Se vincula al conjunto de decisiones y actuaciones que hacen que los centros educativos puedan funcionar adecuadamente”. (UNICEF, 2018, p.4). Asimismo, se relaciona con la práctica educativa, con la calidad y efectividad en torno a esta; un entorno escolar positivo y saludable es importante, ya que estos, ayudan con el bienestar de los estudiantes, su productividad académica, motivación y comportamiento.

Un clima escolar provechoso es primordial para el funcionamiento adecuado de las instituciones educativas. Favorece en el desarrollo de los estudiantes y la calidad del aprendizaje. Medir el clima escolar facilita a los docentes, directivos y a la comunidad escolar en general comprender de manera global las dinámicas dentro de las instituciones y tomar medidas para perfeccionar el ambiente de aprendizaje y la política pública dentro de las instituciones (MEN, 2023). Realmente, el clima escolar es un elemento trascendental para el mejoramiento de la educación, dar seguimiento al clima ofrece a la comunidad educativa y en especial a los docentes y directivos, indicadores que permitan información de cómo está operando el ambiente escolar y que necesita cambiar, o las medidas oportunas que se deben tomar.

También es importante desatacar, que clima escolar viene determinado por la relación existente entre los alumnos y los profesores, en su quehacer diario, sin olvidar la relevancia significativa que tiene la participación y vinculación de los padres en la escuela, no solo para el propio desarrollo del estudiante, sino también, en la mejora del clima de convivencia en la institución. En efecto, un clima escolar positivo se caracteriza por el apoyo, confianza y respeto entre los estudiantes y docentes. La calidad que tengan en dichas relaciones puede influir en el comportamiento y provecho académico de los estudiantes (Gázquez et al., 2011). Es necesario recalcar la influencia de la participación de los padres de familias en el ambiente escolar, su colaboración, puede ayudar elocuentemente a corregir la convivencia dentro de la institución, ya que pueden participar en actividades escolares, brindar apoyo a sus hijos y fortalecer la comunicación de escuela y familia.

 

Rendimiento académico

El rendimiento académico está vinculado a los procesos de aprendizaje y al buen desempeño por parte del estudiante, lo que pone de manifiesto que las habilidades en un área específica fueron aprehendidas. Conforme a esto, el rendimiento académico se evalúa mediante una variedad de acciones que pueden ser exámenes, proyectos, tareas, entre otras técnicas, que dejan visible el progreso del estudiante. Sin embargo, para llegar a esto están presentes numerosos constituyentes como la motivación, habilidades cognitivas, características de los estudiantes y manejo del tiempo que les permite responder positivamente al estímulo educativo.

Este hace referencia, al logro que alcanzan los estudiantes, en cuestiones de actividades formativas. La teoría de Grasso (2000), expone que el “rendimiento académico es el resultado que se alcanza, por parte de los estudiantes, y que queda expresado en la interacción y manifestación de las capacidades cognoscitivas que se adquieren a lo largo del proceso enseñanza-aprendizaje, en un determinado periodo escolar” (p. 96). Es decir, pone visible la interacción de las habilidades para razonar y comprender, concibiendo, que no se trata de memorizar contenidos, sino más bien la aplicación de síntesis del entendimiento. Desde esta mirada, lo que intenta el rendimiento académico es ser el resultado de un procedimiento continuo de enseñanza-aprendizaje, siendo versátil, que va evolucionando en la medida en que los estudiantes participan en experiencias educativas y se apropian de nuevas destrezas.

Hay que mencionar, las contribuciones de (Ariza et al.,2018) quienes formulan que el de rendimiento educativo, se deduce como la relación entre el valor de los costes aportados (entre los que se encuentran la personalidad, la motivación, las aptitudes, los intereses), y la utilidad alcanzada (nivel de logros obtenidos). Es necesario recalcar, que los recursos, habilidades y esfuerzos que los estudiantes invierten en su educación son agentes definitivos para alcanzar los logros educativos, los cuales son producto de su empeño y recursos invertidos. Lo dicho hasta aquí supone la importancia de considerar no solo los resultados finales del proceso, sino también los requerimientos que se emplean para alcanzar la satisfacción personal con el avance del aprendizaje.

Finalmente, el rendimiento escolar para Pizarro (2000) es entendido como una medida de las capacidades de una persona para responder a estímulos educativos como: lecciones, contenidos y evaluaciones, aspectos propios de la enseñanza. El rendimiento académico es lo que una persona ha aprendido y asimilado como consecuencia de un proceso de instrucción y formación. Lo que refiere a cómo el estudiante reacciona y se desenvuelve a numerosos estímulos proporcionados por dicha instrucción, que, en correspondencia con la calidad de la enseñanza, los métodos y claridad en los contenidos influyen efectivamente en los propósitos educativos.

Como se ha dicho hasta aquí, el rendimiento académico vislumbra la eficacia de las metodologías de enseñanza que los docentes utilizan, cuyo interés es la adquisición y comprensión de varias temáticas del curso. Sin embargo, se debe abordar otros factores socioeconómicos y culturales que permitan clasificar a los estudiantes en sus facciones distintivas, como lo son: sexo, situación laboral, acceso a la información y nivel económico que pueden de una u otra manera impactar negativamente el desempeño escolar.

 

Evaluación de la calidad educativa

La evaluación de la calidad educativa, consiste en medir y analizar la eficiencia y eficacia de las instituciones y sus sistemas educativos. La evaluación de la calidad educativa debe servir para hacer avanzar la escuela, todas las escuelas, de manera que cada día más sean ellas “escuelas de aprender” (Lacueva, 2015, p. 53). De modo que, la evaluación de la calidad educativa debe promover el avance y mejoramiento de los colegios, permitiendo obtener información que consienta la toma de decisiones y medidas para lograr los aprendizajes con efectividad. Por esta razón, la evaluación de la calidad educativa lleva consigo una serie de indicadores que son utilizados para medir el desempeño de las escuelas; estos pueden contener tasas estadísticas de resultados de pruebas estandarizadas, egresados y deserción escolar entre otras. Igualmente, dicha evaluación se mide por los resultados obtenidos por parte de los estudiantes, observando su productividad escolar, habilidades y logros en el recorrido educativo.

Tal como se planteó anteriormente, para Egido (2005), la puesta en práctica de sistemas de evaluación de la calidad tiene influencia sobre la educación.  De manera que, los sistemas de evaluación implican la definición de indicadores y criterios que se instituyen en los programas educativos en docente y estudiantes; centrándose en la adquisición de los conocimientos y habilidades para el rendimiento y las mejoras continuas.  Para dar cumplimiento a estas mejoras, los sistemas educativos deben efectuar estrategias innovadoras que garanticen el cambio y cumplimiento de los objetivos.  Es así como los sistemas de evaluación de la calidad establecen estándares y juicios que deben cumplir los programas educativos, los docentes y estudiantes.

La evaluación de la calidad en la educación no se limita al cumplimiento de determinados estándares, sino que pretende focalizarse en el rendimiento general y la búsqueda de la mejora continua, convirtiéndose en un enfoque dinámico que busca identificar áreas de oportunidad, promoviendo el crecimiento y excelencia en la educación. 

En los trabajos de Garduño (1999) al referirse a la evaluación de la calidad de la educación, se expresa como un juicio de valor sobre un atributo o un conjunto de atributos acerca de los insumos, procesos, resultados o productos educativos, o de las relaciones entre ellos. Entendida de este modo, se trata de evaluar y valorar la calidad de todos los elementos del sistema educativo, como lo es los insumos, los procesos y los resultados. Determinando así, si estos cumplen con los criterios de eficacia establecidos.

Todas estas observaciones se relacionan con el proceso de realizar juicios de valor sobre la calidad de diversos aspectos del sistema educativo. Donde, de manera constante, se analice y valore los diferentes elementos, como insumos, procesos, resultados o producto educativo y las relaciones entre ellos. Se trata, entonces que la comunidad educativa debe hacer evaluaciones subjetivas sobre los atributos definidos que se están examinando, teniendo presente que es necesario contar con unos criterios claramente definidos de lo que se considera como calidad en el contexto educativo. 

 

CONCLUSIONES

Ante la situación detallada, se confirma que la gestión académica suministra la estructura y el enfoque necesario para desarrollar y ejecutar las políticas públicas educativas que aborden las necesidades y desafíos de los sistemas formativos en su conjunto. Estas políticas establecen el direccionamiento estratégico para mejorar la calidad, eficiencia y equidad del sistema educacional. A partir de aquí, se debe considerar en crear un enfoque de innovación y mejoramiento educativo de alto alcance, que permita a los estudiantes un ambiente enriquecedor en el desarrollo de sus habilidades y talentos para que sean individuos responsables con su entorno.

Dicho lo anterior, la gestión académica debe prevalecer la calidad de los procesos de enseñanza- aprendizaje. Es así como esta, juega un papel importante en el mejoramiento de la calidad educativa, ya que, igualmente garantiza la coordinación entre políticas, acciones y programas, para evitar la fragmentación y duplicación de esfuerzos, optimizando los recursos disponibles y maximizando el impacto en las intervenciones pedagógicas. A la par, fomenta la innovación y la excelencia educativa, desde el apoyo de nuevas prácticas, el uso de la tecnología, la investigación y el desarrollo docente.

Mejorar la calidad educativa es el compromiso al que deben apuntar las instituciones en la actualidad, para poder mitigar las variables complejas del servicio educativo, conociendo que a nivel mundial en los últimos años la educación ha sufrido un déficit, en materia de deserción y bajo rendimiento escolar. Es a ello lo que llama esta reflexión, a que se aborde el fenómeno desde una perspectiva distintiva que pueda transformar los procesos de formación.

 

REFERENCIAS

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