ISSN: 2710-088X - ISSN-L:
2710-088X
Volumen
7, No. 18 / Enero - abril 2025
Páginas
31-51
Por un
modelo de Aprendizaje-Servicio para los Estándares Básicos de Competencias
Ciudadanas
For a Service-Learning
model for the Basic Standards of Citizen Competencies
Patricia
Vargas Hernández
https://orcid.org/0000-0002-2814-6488
Universidad
UMECIT, ciudad de Panamá, Panamá
Recibido 20 de septiembre 2024- Arbitrado 15 de octubre 2024- Aceptado:
18 de noviembre 2024- Publicado: 03 de enero 2025
https://doi.org/10.61287/revistafranztamayo.v.7i18.17
El objetivo de la investigación fue comparar los hallazgos de una investigación encontrados en una institución pública de Colombia con estudiantes de séptimo grado de secundaria y los resultados de un proyecto de Aprendizaje-Servicio con estudiantes de segundo grado de secundaria de una escuela pública de México. La investigación, de tipo documental, se desarrolló en dos fases: heurística y hermenéutica. La fase heurística implicó la búsqueda exhaustiva de publicaciones físicas y digitales (libros, revistas, bases de datos, repositorios, artículos y tesis doctorales) sobre EBCC y Aprendizaje-Servicio. La fase hermenéutica se centró en la interpretación de dichas fuentes. La propuesta resultante se diseñó tomando como referencia los resultados de una escuela pública mexicana de segundo grado de secundaria y los hallazgos de una tesis doctoral sobre competencias ciudadanas en séptimo grado. En los resultados se pudo comprobar la inexistencia de proyectos de Aprendizaje-Servicio, como su desconocimiento entre los docentes y directivos, y el poco conocimiento de los estudiantes sobre la Constitución, el código de infancia y adolescencia, el manual de convivencia, el conflicto armado. Se pudo establecer la posibilidad de acercar el Aprendizaje-Servicio al desarrollo de competencias dentro del marco de los Estándares Básicos de Competencias Ciudadanas en Colombia. Se concluye con una propuesta en la que se vincula el Aprendizaje-Servicio con el currículo en el área de ciudadanía.
Palabras
clave:
Aprendizaje-Servicio; Competencias Ciudadanas; Estándares Básicos de
Competencias Ciudadanas; Participación
The objective was to compare the findings of an investigation found in a public institution in Colombia with seventh grade high school students and the results of a Service-Learning project with second grade high school students from a public school in Mexico. The documentary-type research was developed in two phases: heuristics and hermeneutics. The heuristic phase involved an exhaustive search of physical and digital publications (books, magazines, databases, repositories, articles and doctoral theses) on EBCC and Service-Learning. The hermeneutic phase focused on the interpretation of these sources. The resulting proposal was designed taking as reference the results of a Mexican public school in the second grade of secondary school and the findings of a doctoral thesis on citizenship skills in seventh grade. In the results, it was possible to verify the non-existence of Service-Learning projects, such as their lack of knowledge among teachers and directors, and the little knowledge of the students about the Constitution, the code of childhood and adolescence, the coexistence manual, and the armed conflict. It was possible to establish the possibility of bringing Service-Learning closer to the development of competencies within the framework of the Basic Standards of Citizen Competencies in Colombia. It concludes with a proposal in which Service-Learning is linked to the curriculum in the area of citizenship.
Keywords: Service-Learning; Civic
Competencies; Basic Standards for Civic Competencies; Participate
Las competencias ciudadanas
y sociales son un conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes y valores
que permiten a las personas participar de manera efectiva en la vida social,
política y económica de su comunidad. Estas competencias son esenciales para el
desarrollo de una sociedad democrática y justa, y en forma particular para el
éxito de las personas en la vida personal, laboral y académica.
En el caso colombiano, uno
de los retos que se plantea la educación es la formación del ciudadano
participativo y consciente de los problemas que aún siguen aquejando la
convivencia del país en la era del postconflicto, como son la violencia, la
pobreza, los desequilibrios sociales, el desplazamiento de la población en las
zonas de conflictos, la polarización política, el narcotráfico.
En la búsqueda de métodos
de enseñanza significativos que impulsen el desarrollo de competencias
ciudadanas, se selecciona el Aprendizaje-Servicio como modelo de aprendizaje
que últimamente se está extendiendo en España y Latinoamérica, no solo en el nivel de la educación superior, sino desde los niveles
iniciales.
Como antecedentes se pueden
considerar la serie de proyectos que han surgido en los últimos años, sobre
todo en España, Argentina, Chile y Uruguay, donde ha llegado a ser parte de los
procesos de formación educativa, no así en Colombia donde han surgido una que
otra propuesta para su implementación en la educación superior, por lo que el
objetivo de este artículo es aproximar el Aprendizaje-Servicio a los Estándares
Básicos de Competencias Ciudadanas (en adelante, EBCC) como parte de los
currículos nacionales, como una estrategia para promover la formación ciudadana
en los establecimientos educativos, y de esta manera cumplir con las políticas
públicas de formación de individuos críticos y comprometidos con la realidad
social del país.
Considerando la
justificación legal de este proyecto, aparte de contribuir con la formación
social del estudiante y las necesidades reales de una comunidad, cumple con
varios de los propósitos establecidos en la Ley General de Educación (MEN,
1996): uno, que considera este tipo de proyectos como una “prioridad al
mejoramiento cultural y la calidad de la vida de la población, a la
participación en la búsqueda de alternativas de solución a los problemas y al
progreso social” (art. 5); dos, como un “desarrollo integral del individuo en
los aspectos cognoscitivo, socio-afectivo a través de experiencias de
socialización pedagógicas y recreativas” (art. 15); tres, como una “vinculación
a programas de desarrollo y organización social y comunitaria, orientados a dar
solución a los problemas sociales de su entorno”; y cuatro, como un “fomento de
la conciencia y la participación responsables del educando en acciones cívicas
y de servicio social” (art. 20).
El método de investigación
que se utilizó para el presente artículo, es el documental. Es decir, se utilizaron
los hallazgos de la tesis de la autora de este artículo y los resultados de una
implementación del Aprendizaje-Servicio en una escuela pública. Por lo tanto,
se definieron dos fases en la investigación: la heurística y la hermenéutica.
La primera, se basó en la búsqueda de publicaciones en forma física como
digital, ya fueran de libros, revistas, bases de datos, repositorios, artículos
y tesis doctorales; mientras que la segunda, se basó en la interpretación de
los mismos.
Para los dos casos, la
consulta giró en torno a dos temas esenciales: los EBCC y el
Aprendizaje-Servicio. Sobre estos temas se diseñó la siguiente propuesta,
teniendo como referencia los resultados de una escuela pública mexicana de
segundo grado de secundaria y los hallazgos encontrados en la tesis doctoral de
la autora de este artículo dentro de los estándares de competencias ciudadanas
grado séptimo de la secundaria.
Desde el punto de vista de
las habilidades, Marques et al. mencionan las tres
categorías que conforman el Aprendizaje-Servicio con sus respectivas
propiedades: 1) Saber Personal; 2) Condiciones para el Aprendizaje; y 3)
Experiencia Práctica (2021, p. 7):
Cuadro 1.
Propiedades en la categoría Saber Personal
Categoría |
Propiedades |
Saber
personal |
Conocimiento
Intrapersonal |
Conocimiento
Interpersonal |
|
Condiciones
para el aprendizaje |
Oportunidades |
Mediación
Pedagógica |
|
Experiencia
práctica |
Aprender
a Aprender |
Espacios
del Participante |
Fuente: Ideas tomadas de Marques
et al. (pp. 8, 10 y 13) y Quintero et al. (2021).
La
categoría Saber Personal, se refiere al conocimiento previo que tiene el
estudiante sobre sí mismo y la forma como debe relacionarse con el entorno. De
esta forma, esta categoría se asocia a dos propiedades que hacen parte de la
personalidad del ser humano, como son: el conocimiento intrapersonal y el
conocimiento interpersonal.
La primera está asociada a
las preconcepciones y las expectativas que se tiene de sí mismo, mientras que
la segunda a las habilidades expresadas durante la interacción con el entorno
(Marques et al., pp. 8-10). Estas últimas, al desarrollo de valores éticos, la
motivación, el control emocional (Redondo y Fuentes), a la vez que sirven de
indicadores para medir la capacidad crítica y reflexiva (García y Giménez,
2010, p. 5).
La categoría Condiciones
para el Aprendizaje corresponde al tiempo y las características del contexto.
Oportunidades es una propiedad que indica la duración de una experiencia y su
permanencia en el contexto, mientras que Mediación Pedagógica, “al sentido
otorgado al aprendizaje y a la reflexión como un elemento fundamental en la
mediación”. Quiere decir que el tiempo va en relación con el éxito del
proyecto, lo que se traduce a mayor tiempo mayores oportunidades para que los
estudiantes expresen sus habilidades (Marques et al., p. 10).
La
categoría Experiencia Práctica, supone la experiencia que se vive durante la
realización de un servicio comunitario. En este sentido, surgen dos
propiedades, Aprender a Aprender y Espacios de Participación. La primera, se
refiere a los procesos cognitivos, al pensamiento; mientras que la segunda, a
los procesos metacognitivos, donde el individuo aprende a tener control y
autorregulación sobre la planificación, el monitoreo y la evaluación (p. 13).
Aquí el trabajo en equipo favorece el desarrollo de habilidades como la
comunicación entre sus pares y la comunidad, como la empatía y el liderazgo, y
que la relación docente y entorno se hace más cercana, lo que eleva el concepto
de compromiso social con un pensamiento más crítico de la realidad educativa
(p. 15).
Es sabido que estos
estándares, aparte de considerarlos el Ministerio de Educación como lo esencial
que todo alum no debe saber y hacer en el área de ciudadanía, están
clasificados en tres grupos de competencias: 1) Convivencia y paz; 2)
Pluralidad, identidad y valoración de las diferencias; y 3) Participación y
responsabilidad democrática (MEN, 2010, p. 51); sobre las cuales Pineda las
materializa con tres líneas de trabajo cada una, como aparece en el siguiente
cuadro (p. 10):
Cuadro 2.
Los tres grupos de competencias y sus líneas de trabajo
Grupo de competencias |
Líneas de trabajo |
Convivencia
y paz |
Conflicto |
Examen
de las emociones |
|
Respeto |
|
Participación y responsabilidad
democrática |
Derechos y deberes |
Formas de participación |
|
Normas e instituciones |
|
Pluralidad,
identidad y valoración de las diferencias |
Construcción de identidad |
Reconocimiento y valoración de las diferencias |
|
Manifestaciones de pluralismo |
Fuentes: MEN y
Pineda.
Por ejemplo, si un
estudiante de séptimo grado desea promover iniciativas democráticas para
reducir la discriminación y el comportamiento agresivo, lo puede realizar a
través de un foro donde se pueda debatir con sus compañeros estos problemas y
proponer soluciones que involucren a todos los miembros de la comunidad
educativa. En este caso, cumple con los propósitos del segundo grupo de
estándares, promover la participación democrática en forma responsable, con los
propósitos del primer grupo de competencias, fomentar la construcción de una
cultura de paz y convivencia, y con los propósitos del tercer grupo de
competencias, valorar las diferencias culturales.
Por un modelo de aprendizaje-servicio
con respecto a los EBCC
Se trata de desarrollar un
modelo pedagógico de Aprendizaje-Servicio que busca promover y fortalecer las
competencias ciudadanas de acuerdo a los EBCC y las políticas de acción pública
por la convivencia pacífica en el país. Es un modelo que se compone de una
serie de formulaciones teóricas apoyadas en la progresión de las competencias
básicas de los alumnos como en los esquemas mentales y en los aprendizajes
relevantes.
Además, se apoya en el
análisis de las situaciones espaciales y sociales del entorno, de conceptos
como el aprendizaje autónomo, la cooperación entre los alumnos, el apoyo
afectivo a los mismos, el diseño de las evaluaciones y la tutorización del
aprendizaje.
En términos generales, este
modelo promueve conocimientos, competencias y habilidades para el ejercicio de
la ciudadanía responsable, como valores solidarios y de acción social para
atender las necesidades reales de una comunidad, y está condicionado a las
características físicas, sociales y culturales, incluso económicas y políticas
del estudiante que aprende en el plantel.
De acuerdo con Hernández et
al., este modelo apunta al desarrollo de competencias básicas (2009, pp. 4-5),
no solo desde el punto de vista del conocimiento académico (aprender a aprender
y aprender a hacer) y social (aprender a vivir con otras personas), sino
personal (aprender a ser).
No solo se trata de un
modelo longitudinal, sino de un modelo interdisciplinario que abarca las
distintas disciplinas en el escenario educativo, desde cátedra de paz, ciencias
sociales, ciencias naturales, hasta materias no similares como matemáticas,
lenguaje, lengua extranjera, educación física, etc.
Su función es facilitar el
tratamiento de las categorías derivadas de los resultados de una investigación,
lo que permitirá un mayor manejo de conceptos establecidos en planes de
estudio, proyectos curriculares, herramientas didácticas, metodologías de
enseñanza, diseño de rúbricas, apropiación de tecnologías, y un mayor
acercamiento al constructivismo de acuerdo con la teoría cognitiva de Piaget,
del aprendizaje significativo de Ausubel, del aprendizaje social de Vygotsky
(Ortiz, 2015), entre otras.
Por lo tanto, los
componentes para la formulación del presente modelo pedagógico, son: 1.
Aprovechamiento de los recursos pedagógicos; 2. Producto; 3. Método y técnicas;
4. Escenarios; 5. Relación entre Aprendizaje-Servicio y EBCC; 6. Constitución
de los grupos de estándares; 7. Métodos de aprendizaje que se acoplan al
Aprendizaje-Servicio; 8. Métodos de enseñanza que se acoplan al
Aprendizaje-Servicio; 9. Rúbrica; 10. Presentación de los resultados; 11.
Cronograma; 12. Recursos; y 13. Presupuesto.
No hay duda que toda
institución educativa debe contar al menos con un PEI sobre el cual puede
diseñar las estrategias necesarias para la formación del individuo como
ciudadano responsable y crítico, comprometido con las problemáticas del país y
sus comunidades. Además, debe contar con la capacitación de los docentes sobre el manejo de las metodologías de
enseñanza, con los recursos tecnológicos para llevar a cabo este tipo de
proyectos, con una comunicación fluida con los padres o acudientes y con unos
espacios locativos y del vecindario que permitan desarrollar proyectos de
Aprendizaje-Servicio como, por ejemplo, conservar sus plantas, la limpieza un
área comunitaria, etc.
El producto de esta
propuesta es un modelo pedagógico constructivista social que permita diseñar
actividades de Aprendizaje-Servicio para la formación ciudadana dentro del
contexto educativo y sociocultural de un plantel. Además, que pueda ser
implementada en cualquiera de los establecimientos educativos del país, y que
cumpla con lo propuesto por Chantal y Contreras (2013) de que tenga un contacto
directo con la realidad, que aporte una solución y que beneficie a los alumnos
en valores.
No hay duda de que entre
las técnicas que se van a emplear aquí, la primera es la consulta de
documentos, como son los planes de estudio establecidos en el currículo
nacional y el plantel. La segunda, es la observación, como son el análisis de
los espacios físicos dentro y fuera del aula, registrando los hallazgos a
través de un cuaderno o bitácora, y los grupos focales, como son el análisis
del contexto sociocultural, registrando los hallazgos a través de la encuesta,
la entrevista, aplicadas a los estudiantes, profesores, directivos, padres y
miembros de la comunidad.
Los escenarios que se
proponen aquí se ajustan a las circunstancias de un Aprendizaje-Servicio, como
el escenario proponente, que corresponde básicamente a los estudiantes como los
impulsores del programa, el escenario envolvente, al mismo establecimiento educativo
con todos los recursos con que dispone, y el escenario receptor, a los espacios
donde se va a prestar el servicio social.
Estos escenarios no son
excluyentes, lo que los hace incluyentes, engranados entre sí.
Esta
relación parte de la premisa de que es posible vincular el Aprendizaje-Servicio
con los Estándares Básicos de Competencias Ciudadanas, tanto en el plano
teórico como práctico, estableciendo las categorías como la causa que impulsa
la formación de competencias ciudadanas cuyos logros se pueden esperar a
continuación:
Cuadro 3.
Relación entre Aprendizaje-Servicio y EBCC.
Categorías Aprendizaje-Servicio |
Propiedades |
Grupos de Competencias ciudadanas |
Líneas de trabajo |
Conocimiento
Intrapersonal |
Convivencia
y paz |
Comprende
los problemas sociales, políticos, económicos, culturales y geográficos Comprende
los principios básicos de la Constitución, leyes, normas, estructura y
funcionamiento del sistema político |
|
Conocimiento
Interpersonal |
|||
Condiciones
para el aprendizaje |
Oportunidades |
Participación
y responsabilidad democrática |
Reconoce
las diversas opiniones, puntos de vista e intereses de los demás |
Mediación
Pedagógica |
Analiza
críticamente las fuentes de información y sus argumentos |
||
Experiencia
práctica |
Aprender
a Aprender |
Pluralidad,
identidad y valoración de las diferencias |
Identifica
modelos conceptuales que orientan decisiones sociales |
Espacios
del Participante |
Establece
relaciones entre las distintas dimensiones sociales y en sus posibles
alternativas de solución |
Fuente: Elaboración propia
con información tomada de Marques et al. (pp. 10-13), ICFES (s/f) y MEN (2004,
p. 12).
Si se puntualiza el
desarrollo de estos grupos de estándares, van de acuerdo al desarrollo de
competencias, las cuales se convierten en un ejercicio diario de la persona a
lo largo de la vida. Es un ejercicio que aumenta en complejidad con la
formación educativa desde los primeros grados de enseñanza hasta el último, lo
que se conoce como coherencia vertical (MEN, p. 167), puesto que su proceso
parte de un grupo de estándares a un estándar general y de este a los
estándares específicos.
Para fomentar la acción
ciudadana en los estudiantes, hay que integrar conocimientos con una serie de
competencias descritas por el Ministerio de Educación, como son: conocimientos,
cuando se refieren a la información que debe saber estudiante; competencias
cognitivas, a la capacidad de realizar procesos mentales; competencias
emocionales, a la habilidad de identificar y responder en forma constructiva
las emociones propias y de los demás; competencias comunicativas, a las
habilidades necesarias para establecer un diálogo constructivo; y competencias
integradoras, a la capacidad de articular
todas las anteriores competencias (MEN, 2006, pp. 12-13).
Si se realiza una
investigación sobre los métodos de enseñanza más efectivos para la adquisición
de conocimientos y la prestación de un servicio social, no hay duda que es el
Aprendizaje-Servicio. Si se analizan cuáles son los más efectivos para la
enseñanza en términos generales, la respuesta se puede encontrar en el trabajo
realizó la Universidad de Ohio (UTEM, 2015, p. 21).
En él, se puede apreciar a
través de una pirámide que la discusión grupal, tiene una efectividad del 50%,
mientras que aprender haciendo y enseñar a otros, 75 y 90% respectivamente, lo
que indica que estas tres últimas metodologías son las de mayor impacto en la
formación de un estudiante como se pude apreciar en la siguiente figura:
Figura 1. Pirámide del
aprendizaje.
Fuente:
UTEM (p. 20).
Si en el anterior punto se
hizo un análisis de los métodos de aprendizaje, en este se realiza un análisis
sobre los distintos métodos de enseñanza que se pueden acoplar con el
Aprendizaje-Servicio. Según Mendía, el Aprendizaje-Servicio es una propuesta
innovadora que modifica la realidad y mejora los aprendizajes, con la ventaja
de que se puede conectar con las otras propuestas ya establecidos en los
centros educativos. Pone de ejemplos como “la educación basada en competencias,
el aprendizaje basado en proyectos o problemas, el aprendizaje cooperativo y
colaborativo, aprender a emprender, las inteligencias múltiples, la convivencia
positiva, la gamificación” (2016, p. 20), entre otras.
Esta dinámica refleja la
forma como el docente lo va a implementar desde la praxis pedagógica con que
trabaja, a las cuales se le agrega a la siguiente figura el de
investigación-acción y competencias socioemocionales:
Figura 2.
Aprendizaje-Servicio y su relación con las otras metodologías
Fuente:
Mendía, pp. 22-26.
Para la rúbrica, hay que
partir de dos elementos que hacen único una propuesta pedagógica en
Aprendizaje-Servicio: el valor agregado de una y otra parte, pues no es solo
adquieren mejores conocimientos y se presta un buen servicio a la comunidad,
sino también el aporte que se debe dar entre sí.
De esta manera, se puede
identificar los puntos fuertes y débiles que se dan en el proceso, contrastar
los recursos pedagógicos que se manejan, optimizar las actividades, mostrar las
nuevas posibilidades que se presentan e implementarlas para las mejoras (GREM,
2014, p. 5).
Teniendo claro los motivos
de un proyecto de aprendizaje y servicio, solo queda evaluar el proceso. Para
ello, se requiere de una rúbrica que ayude a analizar y mejorar las
experiencias obtenidas. GREM la delimita en dos dimensiones: el primero son los
recursos pedagógicos que dan cuenta de las experiencias de un aprendizaje y
servicio, y se conoce como dinamismo. El segundo es el grado de desarrollo de
cada uno de los dinamismos, y se conoce como nivel (p. 6).
En cuanto al dinamismo,
estos son doce y se agrupan en tres apartados: básicos, pedagógicos y
organizativos. El primero está compuesto de cuatro dinamismos; el segundo,
cinco; y el tercero, tres como se pueden apreciar en el siguiente cuadro, no
considerándose esta exposición como una camisa de fuerza para el docente.
Cuadro 4. Los apartados
de una rúbrica.
Apartados |
Dinamismos |
Básicos
|
Necesidades: se trata de las
carencias o dificultades detectadas en el entorno Servicio: las tareas que se van a llevar a
cabo para paliar las necesidades Sentido del servicio: el impacto esperado Aprendizaje: se refiere a
conocimientos, competencias, habilidades y valores adquiridos |
Pedagógicos |
Participación: Tipo de intervención
que tienen los estudiantes Trabajo en grupo: Manera de desarrollar
la actividad Reflexión: Estrategias para
mejorar y lograr nuevos conocimientos Reconocimiento: Valoración del servicio
prestado por los estudiantes Evaluación: Forma de conocer el
desempeño para generar feedback con los alumnos |
Organizativos |
Partenariado: Realización conjunta
entre instituciones con distintos desempeños Consolidación centro: Proceso generado en el
centro Consolidación entidades: Resultado de la complementación
|
Fuente:
Información adaptada de GREM.
En cuanto a los niveles,
hay que considerar que cada dinamismo tiene su propio grado de desarrollo
pedagógico. Puig et al. han establecido cuatro niveles
de menor a mayor: el primero, con una presencia ocasional; el segundo, mínima;
el tercero, no organizada: y el cuarto, con mayor implicación, la máxima (2017,
p. 125). Aquí se puede hablar del reflejo de estos niveles para cada dinamismo,
pues no todos tienen el mismo lenguaje de interpretación.
Con respecto a los resultados,
estos se pueden presentar de distintas maneras, por cuadros o gráficos, siendo
un ejemplo el gráfico de araña que ayuda a presentar de manera más clara el
nivel de desarrollo logrado por los participantes en cada dinamismo, así como
mejorar los puntos críticos. Para este caso, los datos de la siguiente figura
son imaginados para desarrollar la presentación.
Figura 3. Una
experiencia imaginada a través del gráfico de araña.
Fuente:
Adaptada de Puig et al. (pp. 32-33).
Los cronogramas para un
proyecto de Aprendizaje-Servicio, por lo general son de cuatro semanas a cinco
semanas. Todo depende del número y el tipo de servicio que se va a prestar. Un
ejemplo de cronograma puede ser el que se dio en el caso de la escuela mexicana
que podría corresponder a ocho semanas, las cuales cumplen con todas las fase o sesiones del programa.
Por supuesto, los recursos
pueden ser de diferentes naturalezas: de la misma institución, aportados por un organización gubernamental o no gubernamental, de una
filantropía, o de los mismos estudiantes a través de actividades como rifas,
bingos, bazares. ventas, etc.
El presupuesto queda a
disposición del docente y la institución educativa. Por supuesto, el desarrollo
de toda actividad en Aprendizaje-Servicio requiere de una inversión, por muy
mínima que sea. Dejando a un lado los honorarios del docente, puede haber
costos como transporte, meriendas, materiales didácticos, impresión, diseños
gráficos, encuestas, libros y herramientas tecnológicas como el diseño de una
página web.
Como se dijo, todo queda a
consideración de la actividad y las condiciones que presenten el
establecimiento y el entorno.
De acuerdo con el informe
estadístico de la Pontificia Universidad Javeriana sobre las pruebas Saber 11º
en el área de competencias sociales y ciudadanas en los últimos diez años, los
desempeños más bajos en el área de competencias sociales y ciudadanas se
encuentran en el sector oficial.
Las deficiencias se
encuentran en el método tradicional de enseñanza que se practica en las instituciones
educativas, lo que hace que los estudiantes no conozcan bien el manual de
convivencia, sus propios derechos como niños y adolescentes, la Constitución y
las leyes, no se sensibilicen de los problemas comunitarios, no apliquen los
valores aprendidos, no se integren con el entorno, haya malos comportamientos,
no tengan liderazgos en los procesos de aprendizaje, no tengan sentidos de
pertenencia, no conocen las causas del conflicto colombiano, sus derechos en el
establecimiento educativo, ni han participado en algún proyecto de servicio
social, además, una parte de ellos proviene de familias y comunidades
disfuncionales.
Esto confirma lo arrojado
en las pruebas Saber 11º en el área de competencias ciudadanas y sociales
durante los últimos diez años, pues los estudiantes del calendario A nunca
alcanzaron entre 2014 y 2018 los 51 de los 100 puntos posibles, y entre 2019 y
2023, los 50 puntos, como se puede observar en la siguiente figura (Pontificia,
2024, p. 4):
Figura 4. Puntaje en el
area de sociales y ciudadanas Servicio
Fuente: Elaboración propia
con datos de Pontificia.
La brecha entre los
colegios oficiales y no oficiales en todos estos años ha sido en promedio de
5,2 puntos, 47,4 puntos contra 52,6 (Pontificia).
Una de las referencias que
se puede encontrar en la literatura sobre el impulso de un proyecto de
Aprendizaje-Servicio en una escuela pública, es la investigación que realizaron
Ochoa y Pérez (2019). Los autores pusieron en marcha tres proyectos de Aprendizaje-Servicio
sobre 117 estudiantes de tres colegios públicos de secundaria de Querétaro,
México, sobre los cuales se escogió el primero.
No está de más abrir este
acápite y plantear que lo que ocurre en una escuela pública de México, también
puede ocurrir en una institución educativa de Colombia. Aquí se habla de la
identidad latinoamericana de una y otra parte, conformada por los tres grupos
de población desde la llegada de los europeos, y que se encuentra entrelazados
en diferentes proporciones a lo largo y ancho del continente: la europea, la
autóctona y la africana; que como lo señala Ramos, en términos de jerarquía la
dominadora es la europea, aunque no sea la mayoritaria (p. 121, 2003).
En cuanto al proyecto de
Aprendizaje-Servicio que implementaron Ochoa y Pérez en la escuela pública, los
pasos parecen coincidir cuando Tapia (2010) habla de tres etapas a seguir: la
primera, refiriéndose a un acercamiento con la realidad, el reconocimiento y el
diagnóstico de la problemática, y el planteamiento del proyecto; la segunda, a
la ejecución; y la tercera, al cierre y la evaluación del mismo:
Los ejemplos sobre
proyectos de Aprendizaje-Servicio, saltan a la vista en las páginas de la
literatura pedagógica. En este caso, solo se tendrán en cuenta los que han
propuesto la Fundación Zerbikas a través de la publicación 60 buenas prácticas
de aprendizaje servicio, Batlle con otros autores, 100 buenas prácticas de
Aprendizaje-Servicio y Young Service America del mundo anglosajón.
Cuadro 6. Ejemplos de
proyectos.
Causa |
Conexión académica |
Tipo de impacto |
Ejemplo |
Nutrición
|
Naturales
/ Sociales |
Concientización |
Los
alumnos organizan una feria de salud y nutrición en el plantel |
Ahorro
de energía, agua, gas domiciliario |
Ciencias
/ Computación |
Concientización |
Los
alumnos investigan las formas de ahorrar energía, agua, gas domiciliario y
organizan una exposición sobre los métodos efectivos en el plantel |
Alfabetismo |
Castellano
/ Lengua extranjera |
Servicio
|
Los
alumnos inician un programa de lectura con compañeros, asesorándolos |
Bull
ying |
Sociales
/ Computación |
Servicio
|
Los
alumnos asesoran a los alumnos más jóvenes sobre los problemas de convivencia
escolar y los riesgos asociados a Internet y cómo afrontarlos. |
Reciclaje |
Sociales
/ Matemáticas |
Servicio
|
Los
alumnos recolectan y clasifican artículos usados en la escuela para sus
programas de reciclaje. |
Hambre
infantil |
Sociales
/ Naturales |
Concientización
|
Los
alumnos abogan por un programa de desayuno a nivel estatal. |
Cuidados
de la salud |
Naturales
|
Filantropía
|
Los
alumnos instalaron un puesto de libros para recaudar fondos para apoyar la
investigación de alguna enfermedad que afecta a la población infantil. |
Periódico
local |
Lenguaje
/ Sociales |
Concientización |
Los
alumnos aprenden del entorno, desarrollando pensamiento crítico; mejoran la
lectura y la escritura; organizan y trabajan en equipo, desarrollando
habilidades sociales y comunicativas |
Medio
ambiente |
Naturales
/ Sociales |
Concientización |
Los
alumnos promueven entre sus compañeros una campaña sobre el cambio climático
y su relación con la pobreza en el mundo, desarrollando habilidades
comunicativas y relacionales |
Educación
para la ciudadanía y derechos humanos |
Cátedra
de paz / Ciudadanía / Sociales |
Servicio
|
Los
alumnos imparten conferencias sobre la igualdad de oportunidades y de género,
superación de conflictos |
Guías
turísticas |
Sociales
/ Naturales |
Servicio
|
Los
alumnos se forman como guías turísticos e históricos |
Participación
ciudadana |
Cátedra
de paz / Ciudadanía / Sociales |
Concientización |
Los
alumnos se dirigen en forma respetuosa a las entidades del Estado para la
atención de las problemáticas del plantel |
Fuente:
YSA (p. 5), Fundación Zerbikas (pp. 23, 26, 29, 35).
Cuando se trata de conocer
el impacto que puede producir una actividad, concientización, significa educar
a las personas sobre un problema e ilustrarlas a que cambien de actitud y
comportamiento; servicio, tomar medidas prácticas y directas que aborden la
problemática; filantropía, recaudar y donar dinero o suministros para tratar
sobre el tema.
Teniendo en cuenta los
hallazgos que brindó la autora del artículo sobre su tesis doctoral aplicada a
la Institución Educativa José de la Vega de la ciudad de Cartagena, Colombia
(Vargas, 2024), no hay duda que los problemas más comunes entre los estudiantes
de séptimo de grado, son el poco conocimiento que tienen sobre la Constitución
y los códigos que regulan los derechos de los niños y adolescentes, el Manual
de Convivencia de la institución. Incluso, los compromisos sobre la convivencia
escolar, el medio ambiente, el cuidado de los animales, el fenómeno de la
violencia en el país y los diálogos de paz para mitigar su impacto en la
sociedad.
Por otra parte, también se pueden
aprovechar los proyectos extracurriculares con carácter social y comunitario
para un Aprendizaje-Servicio, como eventos, ferias, festivales, exposiciones,
olimpiadas, bazares, emprendimientos, jornadas, reinados, bandas de música,
participación en las fiestas locales.
Lo que se busca con esta
propuesta es integrar los escenarios que se dan en el Aprendizaje-Servicio con
los escenarios reales de los colegios en las dimensiones pedagógica, de
participación ciudadana y social, y gestión institucional. No solo esto, sino
también impulsar la capacitación del docente sobre el tema, como la formación
social y afectiva del estudiante, la gestión institucional de los directivos
docentes y la comunicación con la comunidad.
Por lo tanto, se habla de
la eficacia de una propuesta capaz de adaptarse a las realidades
socioculturales y educativas del entorno, que no es solo promueve conocimientos
en el aula, sino también competencias cognitivas, emocionales, comunicativas e
integradoras tal como lo indican los EBCC. Es decir, la propuesta apunta hacia
la formación del estudiante como ciudadano activo y responsable, con valores de
paz y convivencia, de responsabilidad democrática y valoración en las
diferencias, tal como lo establece la ley general de educación.
Este método de enseñanza no
solo acerca colegios a las comunidades, sino que las integra de manera
socioafectiva, lo que se alinea a las relaciones de causalidad que se dan entre
el Aprendizaje-Servicio y los EBCC, así como su alcance transversal con las
otras áreas de enseñanza.
Finalmente, se puede
concluir que esta propuesta es una experiencia repetible en cualquiera de los
espacios educativos que se propongan, y que enriquece la literatura en este
campo de la pedagogía como la cultura escolar de los colegios del país.
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