ISSN: 2710-088X - ISSN-L: 2710-088X

Volumen 5  No. 12  /  Mayo - agosto 2023

Páginas 9 – 30

 

 

 

Aspectos contextuales vinculados al compromiso con el aprendizaje de oficios

Contextual aspects linked to the engagement to apprenticeships

 

Agustina María Manavella

agustinamanavella@unvm.edu.ar

https://orcid.org/0000-0002-9159-8559

Universidad Nacional de Villa María, Villa María, Argentina

 

Recibido octubre 2022  /  Arbitrado noviembre 2022  /  Aceptado diciembre 2022  /  Publicado enero 2023

 

Resumen

Desde la década del  ́80 el compromiso con los aprendizajes cobró relevancia en el ámbito educativo. Las investigaciones sobre el tópico se llevaron a cabo, casi de manera exclusiva, en contextos académicos. El objetivo del escrito consiste en describir aspectos contextuales vinculados al compromiso con el aprendizaje de oficios en ámbitos educativos no formales. La recolección de datos se llevó a cabo mediante entrevistas a participantes y talleristas y a través de observaciones de los encuentros en tres capacitaciones para el trabajo. En los contextos estudiados cobraron relevancia la disponibilidad de  recursos,  el  compromiso  del/la  tallerista,  las  oportunidades  que  se  gestaron  para  la  co-construcción  de  competencias  socioemocionales,  los  estereotipos sociales vinculados al aprendizaje y ejercicio del oficio y el apoyo familiar. En conclusiones se destaca la importancia de atender a la  interacción  entre  aspectos  personales  y  contextuales  vinculados  al  compromiso con el aprendizaje en ámbitos de formación para el trabajo.

 

Palabras clave: Aprendizaje de oficios; Formación profesional; Educación no formal; Psicología de la educación

 

Abstract

Since the 1980s, the engagement to learning has gained relevance in the educational field. Research on the topic was carried out, almost exclusively, in academic contexts. The objective of the paper is to describe contextual aspects  linked  to  the  engagement  to  apprenticeships  in  non-formal educational settings. Data collection was carried out through interviews with  participants  and  workshop  leaders  and  through  observations  of the  meetings  in  three  job  training  sessions.  In  the  contexts  studied,  the  availability  of  resources,  the  engagement  of  the  workshop  facilitator, the  opportunities  that  arose  for  the  co-construction  of  socio-emotional competencies, the social stereotypes linked to learning and exercising the trade, and family support became relevant. In conclusions, the importance of attending to the interaction between personal and contextual aspects linked  to  the  engagement  to  learning  in  areas  of  training  for  work  is highlighted.

 

Keywords: Apprentice ship (job); Professional training; Non formal education; Educational psychology

 

INTRODUCCIÓN

Apartir   de   la   década   del    ́80   el   compromiso   con   los   aprendizajes  cobró  relevancia  en  el  ámbito  educativo.  Parte  de  su  atractivo  reside  en  que  es  un  constructo  compuesto   por   múltiples   dimensiones   -emocional,   cognitiva,   comportamental  y  de  agencia-  y  que  proporciona  una  imagen  amplia y descriptiva respecto a cómo sienten, piensan, actúan e interactúan los estudiantes en la escuela (Fredricks, Reschly y Christenson, 2019; Reeve, 2012).

En una revisión previa (Manavella, Paoloni y Rinaudo, 2021a) se  ha  podido  reconocer  que  casi  la  totalidad  de  los  estudios  en  los  que  se  abordó  el  compromiso  con  los  aprendizajes,  se  llevaron  a  cabo  en  espacios  académicos.  En  dichos  ámbitos  se  estudió la influencia de aspectos de índole personal y contextual que  participan  en  la  construcción  del  compromiso  con  los  aprendizajes  (Anderman  y  Patrick,  2012;  Aspeé,  González  y Cavieres-Fernández,  2018;  Colás-Bravo,  González-Ramírez  y Reyes-de Cózar, 2015; Ochoa-Angrino, Montes-González y Rojas-Ospina, 2018; Rigo, 2017; Schunk y Mullen, 2012; Voelk, 2012). Entre los aspectos personales, los autores mencionados destacan la  importancia  que  adquieren  las  metas  de  formación  de  los estudiantes, sus creencias de autoeficacia, sus historiales de logro y el sentimiento de pertenencia e identificación que construyen con la escuela y con los pares. Entre los rasgos del contexto se reconocen  principalmente  ciertas  características  de  las  tareas  académicas (novedosas, desafiantes, diversas, de adecuado nivel de  complejidad,  que  brinden  oportunidades  de  exploración  y  promuevan el trabajo grupal).

En el presente escrito se abordarán las particularidades que adquiere  el  compromiso  con  los  aprendizajes  en  contextos  no  formales de capacitación para el trabajo. Dado que anteriormente se  han  estudiado  los  aspectos  de  índole  personal  vinculados  al  constructo en estos ámbitos de formación (Manavella, Martín y Donolo, 2020), como así también los rasgos de las tareas asociados al aprendizaje del trabajo (Manavella, Paoloni y Rinaudo, 2021b), en esta oportunidad se hará referencia a otros rasgos del contexto que  se  constituyen  en  fuente  de  motivación  y  promueven  el compromiso con los aprendizajes laborales.

De  acuerdo  con  la  perspectiva  socio-cultural,  el  contexto  es  entendido  como  un  tejido  que  envuelve  y  que  permite  capturar  el  carácter  dinámico  que  se  establece  en  el  complejo  sistema  de  interacciones  entre  la  persona  y  la  situación  de  aprendizaje  (Rinaudo,  2014).  El  aprendizaje  del  trabajo  en  contextos  no  formales  se  concibe  como  un  proceso  de  construcción  social, en  el  que  las  personas  construyen  conocimientos,  habilidades  y  destrezas en una ocupación determinada, a partir de la interacción con otros aprendices y con expertos en el rubro, sin recibir una instrucción directa, sin ser evaluados ni realizando tareas copistas y automáticas (Collins y Kapur, 2014; Wenger, 2018). A partir de lo mencionado, el objetivo general del presente escrito consiste en describir aspectos de índole contextual vinculados al compromiso con el aprendizaje del trabajo en tres capacitaciones en oficios.

El  escrito  se  estructura  en  tres  apartados.  En  el  primero  se  presentan  las  decisiones  metodológicas  que  orientaron  esta  investigación. En el segundo se recuperan los resultados obtenidos. Por último, en la tercera parte se exponen algunas reflexiones y se presentan líneas de investigación a futuro.

 

 

MÉTODO

La investigación cualitativa que aquí se presenta tuvo como objetivo   describir   aspectos   contextuales   vinculados   al   compromiso  con  el  aprendizaje  de  oficios,  en  contextos no formales de capacitación laboral. El estudio se llevó a cabo siguiendo  los  lineamientos  de  los  estudios  de  caso  múltiple  (Simons, 2011). Se consideraron tres casos: 1- la capacitación en maquillaje social, 2- el contexto de la capacitación en mecánica de motos y 3- la capacitación en refrigeración. Las tres instancias de formación se ofrecieron en un Centro Integrador Comunitario de una ciudad del sur de la provincia de Córdoba (Argentina), durante los años 2018 y 2019. Todas ellas se dictaron semanalmente, con jornadas de 3 horas y tuvieron una duración de 9 meses.

Para  la  recolección  de  datos  se  trabajó  con  talleristas  y  participantes de las tres capacitaciones en oficios. Se realizaron observaciones   de   la   dinámica   de   los   encuentros   y   de   las   interacciones que allí acontecieron, como así también entrevistas individuales  y  semi-estructuradas,  que  permitieron  captar  los  sentidos  y  percepciones  individuales  que  tanto  participantes  como  talleristas  construyeron  en  relación  a  las  propuestas  de  formación. En la presentación de resultados, se hará referencia a los participantes con la letra P y el número correspondiente. Para referir a los/la tallerista se mencionará la sigla T.

Para el análisis de los datos se transcribieron las entrevistas realizadas   y   se   escribieron   notas   de   los   registros   de   las   observaciones llevadas a cabo. Seguidamente se codificaron los datos obtenidos, los cuales posibilitaron tematizar y teorizar sobre aspectos  de  índole  contextual  vinculados  al  compromiso  con  el  aprendizaje de oficios.

 

 

RESULTADOS

El análisis de los datos surgió a partir de las observaciones de  la  dinámica  de  los  encuentros  y  de  las  entrevistas  realizadas a talleristas y participantes de las capacitaciones en  maquillaje  social,  mecánica  de  motos  y  refrigeración.  En función de ello, se consideran cinco dimensiones para describir los  diversos  aspectos  contextuales  vinculados  al  compromiso  con el aprendizaje de oficios, a saber: 1- recursos disponibles, 2-   compromiso   de   talleristas,   3-oportunidades   para   la   co-construcción de competencias socioemocionales, 4- estereotipos sociales vinculados al aprendizaje y ejercicio del oficio y 5- apoyo familiar.

 

Recursos disponibles

En  los  tres  espacios  de  capacitación  laboral  estudiados,  se  ha  podido  reconocer  que  las  cuestiones  edilicias  y  económicas  se  constituyeron  en  aspectos  del  contexto  que  limitaron  o  dificultaron la enseñanza y el aprendizaje del oficio. En el caso del taller  en  maquillaje  social,  durante  los  primeros  encuentros  las  participantes  prepararon  y  aplicaron  mascarillas  realizadas  con  productos naturales y realizaron prácticas con productos que ellas tenían  en  su  hogar,  con  los  que  se  maquillaban  cotidianamente,  dado  que  la  comisión  no  contaba  con  el  dinero  para  invertir  en  la  compra  de  productos  profesionales.  Ante  tal  situación,  las aprendices manifestaron su disconformidad a la tallerista:

P3:  -A    me  parece  una  falta  de  respeto primero a nosotras, que apostamos a este lugar para formarnos y después a nuestras futuras clientas, ¿con qué cara les vamos a cobrar para ponerles azúcar y limón en la cara? Una cosa es  ahorrar  y  comprar  los  productos  justos  y  necesarios,  pero  lo  básico  tenemos  que  tener  para  practicar.  (Observación  de  encuentro N°4/ Capacitación en maquillaje social, 2018).

La situación recuperada permite reconocer que las aprendices valoraban   aquellas   actividades   que   les   permitían   trabajar   con  productos  profesionales,  con  los  que  se  enfrentarían cotidianamente en el futuro, como maquilladoras y esteticistas. Ante lo acontecido, las participantes manifestaron su compromiso con el aprendizaje del oficio decidiendo invertir y comprar aquellos productos  y  elementos  profesionales  que  no  podían  costearse desde la fundación.

Al  consultarles  a  las  participantes  cómo  se  sentían  con  el  espacio  en  el  que  se  llevó  a  cabo  la  capacitación,  todas  ellas  mencionaron que había muchas cuestiones edilicias por mejorar. A continuación, se recupera un fragmento de entrevista que da cuenta de lo expresado.

P5:   -Este   no   es   un   lugar   para   estudiar   maquillaje,  si  nosotras  vamos  a  otros  lugares  donde   enseñen   maquillaje,   te   das   cuenta   que  ahí    están  bien  equipados,  tienen  las  sillas  individuales  como  las  de  peluquería,  un  escritorio  y  un  espejo  grande  con  luces,  no  como  acá  que  recién  ahora  tenemos  un  solo  espejo  y  re  chiquito  para  todas  y  que  las  luces  son  amarillas,  trabajamos  con  la  luz  del  día sino nos maquillamos mal. (Fragmento de la  entrevista  a  P5,  14  años/  Capacitación  en  maquillaje social, 2018).

En  el  salón  donde  se  llevaba  a  cabo  la  capacitación,  las  aprendices realizaban sus prácticas en mesas infantiles, bajas y  grupales,  con  sillas  pequeñas.  Con  dichos  elementos,  las  participantes no contaban con el espacio suficiente para realizar las actividades prácticas, dado que no tenían en las mesas superficie disponible para tener a su alcance los elementos que se requerían para trabajar. Las características de dichos utilitarios, impedían que  las  aprendices  trabajaran  cómodas,  dado  que  estaban  muy  cerca unas de otras.

En  el  caso  de  las  capacitaciones  de  mecánica  de  motos  y  refrigeración, ocurrió algo similar: las actividades a desarrollar se vieron condicionadas por los recursos, herramientas, materiales de trabajo y espacio disponible en el salón. En algunas instancias, los aprendices de la formación en mecánica de motos comentaban que tenían vehículos para llevar a reparar al curso. Al mencionar los arreglos que debían realizar, el tallerista les sugería que buscaran otro vehículo, ya que en el salón no contaban con los materiales y herramientas que se requerían para concretar arreglos de mayor complejidad.  Así,  durante  la  entrevista  realizada  al  tallerista,  el  mismo expresó:

T: -Por ahí se complica un poco con lo que es el material para trabajar. Yo tengo que traer mis herramientas, acá no tenemos un elevador para trabajar cómodos, para que los chicos puedan desenvolverse   mejor   y   hacer   otro   tipo   de   reparaciones. Estaría bueno tener un poco más de  herramientas  y  de  comodidad,  porque  hay  cosas  que  no  puedo  trasladar  semanalmente  desde  mi  taller  y  traerlas  acá.  (Fragmento de  entrevista  a  T,  34  años/  Capacitación  en  mecánica de motos, 2019).

En lo que refiere a la capacitación en refrigeración, corresponde mencionar que en el encuentro Nº16 estaba previsto que los aprendices  realizaran  prácticas  de  mantenimiento  de  un  aire  acondicionado. En dicha jornada el tallerista les iba a enseñar cómo limpiar y lavar con hidro lavadora cada uno de los componentes del  equipo.  Como  en  el  espacio  en  donde  se  llevaba  a  cabo  el curso no había agua afuera del salón, los aprendices no pudieron realizar dicha práctica. Algo similar ocurrió en la jornada Nº22, en la que el tallerista tenía previsto que los aprendices repararan un  equipo  que  se  había  quemado.  Como  el  equipo  era  de  gran  tamaño, el formador pretendía que dicha actividad se realizara afuera. En el exterior del salón no había luz, razón por la cual tampoco  pudieron  realizar  la  actividad.  Durante  la  entrevista,  los  aprendices  hicieron  mención  a  las  condiciones  edilicias  del  espacio de formación:

P2: -El espacio nos vino bien para aprender, pero también nos limitó un poco. Nosotros siempre desarmamos equipos chicos, el profesor iba a traer uno grande, pero el tema es que no pasa por la puerta armado, así que bueno. También con la luz, que no hay afuera y no pudimos aprender  a  lavar  equipos...  nos  acomodamos  a lo que podemos hacer acá. (Fragmento de entrevista  a  P2,  39  años/  Capacitación  en  refrigeración, 2019).

En   suma,   se   advierte   que   ciertas   cuestiones   de   índole   económica, edilicia y de escasez de recursos se constituyeron en dificultades para el aprendizaje de los oficios considerados en este estudio.

 

Compromiso de talleristas

De acuerdo a los planteos de Anderman y Patrick (2012) y Reeve (2012) en relación al apoyo ofrecido por el profesor, en el presente apartado se reconocen ciertos indicadores del compromiso que los talleristas  de  las  capacitaciones  consideradas  construyeron  con  la enseñanza del oficio. En lo que refiere al curso de maquillaje social, el compromiso por parte de la formadora se manifestó en la adaptación de las propuestas en función de las demandas de las participantes y de la situación económica de quienes asistían al taller, como así también en ocuparse para que las aprendices tuvieran a su alcance los productos profesionales que se requerían para las prácticas del oficio.

En  cuanto  a  la  adaptación  de  las  propuestas  de  enseñanza,  frente a la disconformidad expresada por las aprendices referida a  la  escasez  de  instancias  prácticas  de  maquillaje  para  novias  y  quinceañeras,  la  tallerista  decidió  modificar  la  dinámica del encuentro nº24. En dicha clase la formadora explicó cómo se  realizan  estos  maquillajes  y  las  participantes,  luego  de  la  explicación se dedicaron a practicar.

La   tallerista   tuvo   en   cuenta   las   diversas   situaciones   económicas  que  presentaban  las  aprendices,  razón  por  la  cual  siempre llevaba sus productos y materiales de trabajo para que aquellas  participantes  que  no  podían  invertir  en  la  compra  de  insumos profesionales, pudieran practicar el oficio. También se encargó de conseguirles convenios con locales que se dedican a la venta de productos profesionales y les enseñó cómo fabricar delineadores  de  ojos  y  labiales  utilizando  pigmentos,  sombras  y  descongestivos,  de  manera  tal  de  poder  obtener  variedad  de  colores,  con  propiedades  hipoalergénicas,  invirtiendo  dinero  en  la menor cantidad de productos posibles.En  el  caso  de  la  capacitación  en  mecánica  de  motos,  las  percepciones del tallerista en relación a los motivos por los cuales él  consideraba  que  los  participantes  asistían  a  la  capacitación,  incidieron en la dinámica de los encuentros, en la disponibilidad de  vehículos  y  herramientas  para  realizar  reparaciones  y  en  las  actividades  que  se  llevaban  a  cabo  semanalmente.  En  la  entrevista, al preguntarle sobre la importancia que adquieren las formaciones para el trabajo en el contexto actual, T respondió:

T:  -Yo  creo  que  la  gran  mayoría  de  los  chicos  que vienen acá son adolescentes y que hacen el curso para su propia satisfacción: para tocar sus motos o las de algún conocido, para hacer sus  motores,  para  hacerse  amigos  nuevos.  No creo que ninguno de ellos vaya a ponerse un taller de mecánica. No creo que ninguno esté  decidido  a  vivir  del  oficio.  (Fragmento de  entrevista  a  T,  34  años/  Capacitación  en  mecánica de motos, 2019).

Se infiere que las percepciones del tallerista sobre las funciones que  los  participantes  le  asignaron  al  espacio  de  capacitación,  influyeron en la escasa planificación de los encuentros, como así también en la falta de articulación entre contenidos teóricos y reparaciones prácticas y en la escasez de explicaciones. En este sentido,  se  considera  pertinente  mencionar  que  el  tallerista  era  el encargado de llevar semanalmente a la capacitación vehículos para reparar. En los primeros encuentros, el formador llevaba diversos vehículos y les sugería a los participantes que, si tenían alguna  moto  que  revisar,  la  llevaran  y  la  reparaban  en  el  curso.  Con el correr de las semanas, el formador dejó de llevar vehículos y fueron los participantes quienes debieron encargarse de que en  todos  los  encuentros  hubiese  una  motocicleta  para  reparar.  En  esta  misma  línea,  habiendo  transcurrido  un  mes  de  iniciada  la  capacitación,  el  tallerista  dejó  de  llevar  las  herramientas  indispensables  que  se  requerían  para  realizar  las  reparaciones.  Así,  aquellos  aprendices  comprometidos  con  el  aprendizaje  del  oficio realizaban el diagnóstico de la moto, debatían sobre las herramientas  necesarias  para  realizar  los  arreglos  e  iban  a  sus  hogares a buscar los elementos de trabajo que tenían disponibles. Para otro grupo de aprendices, el no contar con las herramientas necesarias para llevar a cabo las prácticas en el oficio era motivo para dispersarse, conversar y retirarse del salón.

En  función  de  lo  expuesto  se  reconoce  que  la  ausencia de  variedad,  diversidad  e  incremento  de  complejidad  en  las  propuestas de aprendizaje, no solamente se vio condicionada por cuestiones edilicias y de recursos materiales, sino también por la desafección que el tallerista manifestó con la enseñanza y las bajas expectativas que presentaba en relación al aprendizaje y ejercicio del oficio, por parte de los participantes de la capacitación.

En lo que a la capacitación en refrigeración refiere, corresponde mencionar que el formador era quien semanalmente llevaba al salón equipos que presentaban distintas fallas, de manera tal que  los  aprendices  practicaran  diversas  reparaciones.  También  ponía  a  disposición  sus  propias  herramientas  para  que  los  participantes del taller pudieran practicar el oficio. Durante las clases teóricas, el formador preparaba y presentaba diapositivas en Power Point, como así también videos y tutoriales en YouTube, que complementaba con las explicaciones.

Antes de iniciar el curso, el tallerista había planificado los contenidos y las actividades a realizar en el marco de la capacitación, entre las que se encontraban prácticas de reparación de equipos de  refrigeración  domésticos,  industriales  y  de  vehículos.  No obstante, en los primeros encuentros el formador les consultó a los participantes en qué prácticas querían especializarse. En función de  las  respuestas  de  los  aprendices,  se  abordaron  en  el  taller  exclusivamente contenidos y prácticas referidas a la instalación y reparación de aires acondicionados. Por otra parte, el tallerista abordó  en  el  curso  habilidades  propias  del  oficio,  vinculadas a: cómo calcular las frigorías que se requieren para climatizar un ambiente en función de las dimensiones del lugar; en qué orientación colocar los motores de los aires, de manera tal que no fueran golpeados por viento, granizo y que queden estéticos en los hogares; qué herramientas comprar para comenzar a ejercer el oficio; cómo limpiar el ambiente luego de instalar un equipo. El compromiso que el tallerista construyó con la enseñanza del oficio fue reconocido y valorado por los participantes de la capacitación:

P1:    -Siempre    estuvieron    las    cosas    que    necesitábamos para trabajar y eso fue gracias al  profesor.  Nosotros  tratamos  de  ser  muy cuidadosos, pero mirá si se rompía algo, era de él y eso es todo muy costoso. Lo mismo que con la teoría, él estaba muy pendiente de nosotros y si alguno no estaba entendiendo, ahí nomás dibujaba  en  el  pizarrón  y  empezábamos  de  nuevo [...] El profe es lo más, imaginate que le  dije  que  el  año  que  viene  vuelvo  a  hacer  el  taller,  me  dijo  que  todavía  no  sabe  si  hay  presupuesto  para  que  lo  dicten,  pero  que  él  vendría lo mismo a enseñarnos. (Fragmento de entrevista a P1, 26 años/ Capacitación en refrigeración, 2019).

En   síntesis,   el   compromiso   que   los   talleristas   de   las   capacitaciones en maquillaje social y refrigeración construyeron con  la  enseñanza  del  oficio,  se  reconoció  en  los  siguientes indicadores: adaptar las propuestas de aprendizaje en función de los intereses, demandas y necesidades de los participantes; disponer   de   materiales,   productos,   equipos   y   herramientas   propias para que los aprendices practicaran el oficio; compartir con los aprendices habilidades vinculadas al oficio, que exceden a los conocimientos técnicos propios del rubro. En el caso de la capacitación en mecánica de motos se infiere que la ausencia de  variedad,  diversidad  e  incremento  de  complejidad  en  las  propuestas de aprendizaje, no solamente se vio condicionada por cuestiones edilicias y de recursos materiales, sino también por la desafección que el tallerista manifestó con la enseñanza del oficio.

 

Oportunidades  para  la  co-construcción  de  competencias  socioemocionales

Durante el cursado de las tres capacitaciones, los participantes no  solamente  construyeron  colectivamente  habilidades  técnicas  vinculadas  al  ejercicio  del  oficio,  sino  también  competencias socioemocionales, las cuales son entendidas como el “conjunto de conocimientos,  capacidades,  habilidades  y  actitudes  necesarias  para tomar conciencia, comprender, expresar y regular de forma apropiada los fenómenos emocionales” (Bisquerra Alzina, 2013 en Paoloni, 2019, p.105).

Las  competencias  socioemocionales  que  se  han  podido  reconocer en los contextos de formación para el trabajo están vinculadas  a  la  empatía  -entendida  como  la  habilidad  para  tomar  consciencia  de  los  sentimientos  que  experimentan  los  demás-, el sentido de pertenencia al grupo -vinculado al dominio de  las  competencias  para  la  vida  y  el  bienestar-,  relaciones  interpersonales  -capacidad  de  establecer  y  mantener  relaciones  satisfactorias con los demás- y responsabilidad social -participar en las relaciones gestadas, con actitud cooperativa y de manera constructiva- (Bar-On, 1997; Paoloni, 2019).

En el caso del taller de maquillaje social, la identificación que las participantes adquirieron con el grupo, posibilitó la construcción de   sentido   de   pertenencia   y   de   relaciones   interpersonales   satisfactorias  con  las  participantes  de  la  formación,  lo  cual promovió la construcción colaborativa de conocimientos, no sólo en el marco de la capacitación, sino también a través de prácticas y  experiencias  de  aprendizaje  compartidas  en  horarios  extras  a  los del dictado del taller.

En  relación  con  la  empatía  y  la  responsabilidad  social,  corresponde  mencionar  que,  habiendo  transcurrido  unos  meses  de  iniciada  la  capacitación,  se  incorporó  al  grupo  P10.  Dicha  participante  había  abandonado  sus  estudios  secundarios  por  problemas  de  adaptación  y  comenzó  a  asistir  al  taller  con  el  objetivo de compartir tiempo con personas de su edad. Durante los  primeros  encuentros,  P10  presentaba  dificultades  para entablar conversaciones y se retiraba antes de que finalizaran las jornadas, sin saludar a sus compañeras ni a la formadora. En  sucesivas  jornadas,  las  aprendices  comenzaron  a  integrar  a  P10 a sus rutinas de capacitación, prestándoles sus productos de maquillaje para que practique el oficio. Poco a poco P10 comenzó a asistir a horario al taller, a integrarse al grupo, a hacer chistes, a participar de la capacitación y a quedarse hasta que finalizaran los encuentros. No parece desatinado pensar que al sentirse a gusto con el grupo y compartir diversas instancias de aprendizaje con sus compañeras, la participante comenzara a interesarse por el oficio y a participar en diversas actividades vinculadas a las temáticas abordadas en el taller.

A   partir   de   las   observaciones   realizadas   durante   las   jornadas  de  capacitación  en  mecánica  de  motos,  se  reconoce  que la identificación que un grupo de participantes construyó con  sus  pares,  brindó  oportunidades  para  la  construcción  de  competencias  socioemocionales,  vinculadas  a  la  empatía,  las  relaciones  interpersonales  y  la  responsabilidad  social.  Respecto  a los comportamientos empáticos, se ha podido observar que un grupo de aprendices actuaba en consecuencia de los sentimientos que podían experimentar sus pares. En este sentido y a modo de ejemplo,  se  considera  pertinente  mencionar  que  participaba  de  la capacitación un joven de 28 años (P11) que había sufrido un accidente  automovilístico,  a  raíz  del  cual  le  quedaron  secuelas  motrices que le impedían movilizarse de manera independiente. P4,  P5  y  P10  se  turnaban  semanalmente  para  pasarlo  a  buscar  y  llevarlo  nuevamente  a  su  hogar.  Durante  el  cursado  de  la  capacitación fue el cumpleaños de P11. Sus compañeros decidieron hacerle una sorpresa y festejar en el espacio de formación. Para el evento, P4 y P6 hicieron una torta con el escudo de su equipo de fútbol.

En cuanto a las relaciones interpersonales, se sostiene que el sentimiento de pertenencia e identificación que los participantes hombres lograron construir con el grupo de capacitación, posibilitó que durante el cursado de la formación se generara un ambiente distendido, que permitió que los participantes construyeran una amistad  entre  ellos,  se  reunieran  en  horarios  extras  a  los  de  la  capacitación y compartieran actividades que fueran de su agrado. Así,  P1,  P2,  P3,  P4,  P5,  P10  y  P11  se  reunían  semanalmente  a  reparar vehículos y los fines de semana iban juntos a las carreras de motos que se llevaban a cabo en la ciudad. Los comportamientos vinculados  a  la  responsabilidad  social  fueron  promovidos  por aquellas prácticas que propiciaron la participación cooperativa de algunos aprendices con sus pares. En este sentido, se reconoció que un grupo de participantes (P3, P4, P5 y P10) solían reunirse a reparar motos propias y de conocidos.

Mediante  las  observaciones  de  las  jornadas  del  taller  de  refrigeración y las entrevistas realizadas, fue posible reconocer que el sentido de pertenencia que construyeron los participantes y el tallerista con el grupo de capacitación, posibilitó la construcción de  competencias  socioemocionales,  vinculadas  a  las  relaciones  interpersonales  y  la  responsabilidad  social.  En  lo  que  respecta  a  la  responsabilidad  social,  en  el  marco  de  la  capacitación  se  generaron vínculos basados en el cooperativismo. P2 y P6 se conocieron  durante  el  cursado  del  taller,  ambos  participantes  se  desempeñaban  como  profesores  en  academias  de  folklore. El  vínculo  social  que  construyeron  durante  su  participación  en  la  capacitación  posibilitó  que  bailarines  de  la  academia  de  P6 participaran en un cuadro de baile de la academia de P2, cuando uno de sus bailarines se enfermó y debían asistir a una peña en una localidad aledaña. Vinculado también a prácticas cooperativas  que  acontecieron  en  horarios  extras  a  los  de  la  capacitación, corresponde mencionar que todos los aprendices y el tallerista colaboraron con P2 en la peña folklórica organizada por  su  academia,  ya  sea  participando  del  evento,  comprándole  números, como así también ayudándolo a armar el escenario y a decorar el salón.

Por último, en lo que refiere a las relaciones interpersonales, se   advierte   que   se   han   construido   y   mantenido   relaciones   satisfactorias entre el grupo de formación. Esto se reconoció no sólo en las instancias de aprendizaje grupal, sino también en las conversaciones  distendidas  que  acontecían  en  los  recreos  y  en  los  encuentros  que  organizaban  en  horarios  extras  a  los  de  la  capacitación. Así, en la segunda entrevista, P1 expresó:

P1:  -Me  gustó  mucho  el  curso,  aprendimos  un  montón  de  cosas  y  también  por  el  grupo.  Fue muy lindo, acá estábamos todos iguales, aprendiendo  desde  cero  y  eso  hizo  que  nos  ayudemos    entre    nosotros,    que    vayamos    practicando  juntos.  Todos  fueron  muy comprensivos,  nos  tuvimos  paciencia...  creo  que  eso  hizo  que  se  generara  una  amistad  muy  linda  entre  nosotros.  (Fragmento  de  la entrevista  a  P1,  26  años/  Capacitación  en refrigeración, 2019).

Mediante la expresión de P1 es posible reconocer cómo ciertos participantes, a partir del sentido de pertenencia e identificación que  construyeron  con  el  grupo,  comenzaron  a  otorgarle  a  la  formación una función relacionada no sólo a la educación y al trabajo, sino también al ocio, dado que asistían a la capacitación para aprender un oficio y ejercerlo en el futuro y también para compartir tiempo con su grupo de pares.

En  síntesis,  es  posible  advertir  que  tanto  las  instancias  de  aprendizaje colaborativas, como el sentimiento de identificación que  participantes  y  talleristas  construyeron  con  los  grupos  de  capacitación,  se  constituyeron  en  oportunidades  no  sólo  para  la  construcción de habilidades técnicas, vinculadas al saber hacer y ejercer el oficio, sino también para la construcción de competencias socioemocionales,  vinculadas  al  desarrollo  de  comportamientos  más humanos. En este sentido, se reconoce que los sentimientos empáticos,  las  relaciones  interpersonales  y  la  responsabilidad  social  que  desarrollaron  los  participantes  de  las  capacitaciones,  les permitieron desenvolverse con eficacia en los vínculos que se gestaron  en  el  marco  de  los  talleres,  promoviendo  a  su  vez,  un  mayor sentimiento de pertenencia e identificación, la colaboración en instancias de aprendizaje grupales y la orientación a metas de afiliación.

 

Estereotipos sociales vinculados al aprendizaje y ejercicio del oficio

Una  cuestión  que  cobró  relevancia  en  la  capacitación  en  mecánica  de  motos  refiere  a  los  estereotipos  sobre  el  oficio. Quesada  Jiménez  (2014)  concibe  a  los  estereotipos  de  género  como ideas socialmente establecidas de cómo deben ser, actuar y comportarse mujeres y varones. Estos estereotipos se reproducen y transmiten a través del proceso de socialización, se aprenden y se pueden modificar, puesto que son construidos. En el caso de  la  capacitación  estudiada,  las  aprendices  que  participaban  del  espacio  de  formación,  reconocían  los  prejuicios  sociales existentes en relación al oficio de mecánico y el género femenino. Así, durante la entrevista, P7 expresó:

P7: -Quiero aprender para arreglar mi moto, las de familiares y las de algún amigo. Trabajar de esto lo veo muy difícil, porque nos tienen a las mujeres como que no sabemos nada, que no podríamos ser buenas en esto, porque es visto como  un  trabajo  de  hombres.  Y  yo  creo  que  no  es  así,  pero  siempre  van  a  priorizar  que  a  la moto se las arregle un hombre. (Fragmento de entrevista a P7, 35 años/ Capacitación en mecánica de motos, 2019).

Estos  estereotipos  también  se  reconocieron  en  el  espacio  de la capacitación, ya que durante el cursado de la formación, tanto el tallerista como los aprendices expresaban que el rubro le  compete  exclusivamente  al  género  masculino.  Así,  durante  las actividades prácticas, los hombres acaparaban los vehículos a  reparar  y  las  herramientas  a  utilizar.  Ante  estas  situaciones,  P7 y P8 (aprendices mujeres) manifestaban su disconformidad, exigiendo que les cedieran un espacio para practicar el oficio y que las reparaciones que se llevaran a cabo estuvieran acompañadas de explicaciones, mencionando que ellas asistían a la capacitación para aprender a desempeñarse como mecánicas. Por su parte, P6 (mujer) se alejaba y se disponía a conversar, a escuchar música con compañeros o se retiraba del salón.

Los   prejuicios   se   hacían   notables   en   ciertos   chistes   y   comentarios  que  se  realizaban  durante  las  jornadas.  Así,  en  el  tercer  encuentro,  mientras  estaban  realizando  la  reparación  de  un vehículo, T. acotó: -“No peluquera, vos no toqués acá porque te vas engrasar, dejá que lo hagan los chicos, vos te vas a manchar las uñas y después tus clientes te van a hacer las quejas”. Este tipo de comentarios se reiteraban durante todas las jornadas, cuando las aprendices hacían preguntas referidas al oficio o se interesaban por participar de las instancias prácticas de reparación.

En suma, se considera que no es casual que las mujeres que participaban de la formación, abandonaran la capacitación a tres meses de haber comenzado el curso. En este sentido, se advierte que  los  estereotipos  de  género  que  circulaban  en  el  espacio  de formación en relación al oficio, se reconocieron tanto en la escasez de oportunidades ofrecidas a las mujeres para participar de las prácticas del oficio, como así también en comentarios y chistes que el tallerista y los aprendices realizaban en el espacio de la capacitación. A raíz de lo expresado se infiere que en la decisión  de  las  aprendices  abandonar  la  capacitación,  parecen  haber influido los prejuicios del tallerista y de sus compañeros vinculados al género, al aprendizaje y ejercicio del oficio.

 

Apoyo familiar

Recuperando los aportes de Reschly y Christenson (2012) en relación a la importancia que adquiere el entorno del estudiante en el compromiso que éste asume con el aprendizaje, se reconoce que  en  el  contexto  de  la  capacitación  en  maquillaje  social,  los familiares y amigas de las participantes asumieron un rol trascendental durante el cursado del taller. Las allegadas de las aprendices  oficiaban  de  modelos  en  sus  prácticas,  fueron  sus primeras clientas cuando comenzaron a ejercer el oficio y quienes les obsequiaban productos profesionales de maquillaje. El interés de los allegados por el aprendizaje del oficio, como así también las  devoluciones  que  realizaban  en  relación  a  las  prácticas  de  maquillaje,  promovieron  que  las  participantes  afianzaran  sus percepciones de autoeficacia y se sintieran orgullosas por sus primeros trabajos en el oficio.

Muchas de las aprendices que participaban de la capacitación eran  menores  de  edad,  se  encontraban  cursando  sus  estudios  secundarios   y   no   trabajaban.   Este   grupo   de   adolescentes   comentó durante el cursado del taller que sus familiares, al verlas entusiasmadas con el curso, les regalaban dinero para invertir en maquillajes o diversos productos para practicar el oficio.

En   síntesis,   se   reconoce   que   las   expectativas   que   los   familiares manifestaron por la participación de las aprendices en la capacitación, como así también el interés, el entusiasmo y la preocupación por brindarles herramientas que les sirvan para complementar  lo  que  trabajaban  en  el  taller,  se  constituyó  en  fuente de motivación para las participantes de la capacitación.

 

 

CONCLUSIONES

En  los  contextos  de  capacitación  laboral  estudiados,  los  siguientes  aspectos  contextuales  estuvieron  vinculados  al  compromiso con el aprendizaje de oficios: disponibilidad de recursos, compromiso del/la tallerista, oportunidades para la co-construcción de competencias socioemocionales, estereotipos sociales y apoyo familiar. En las tres capacitaciones se percibieron como actividades significativas aquellas que les permitieron a los  aprendices  realizar  prácticas  genuinas  y  diversas,  a  partir  de  la  interacción  con  herramientas  y  materiales  vinculados  al  rubro en el que se estaban formando. Los hallazgos se orientan en la dirección señalada por estudios llevados a cabo en ámbitos académicos  (Reschly  y  Christenson,  2012)  y  en  contextos  no  formales  e  informales  (Collins  y  Kapur,  2014;  Wenger,  2018). Los  autores  mencionados  consideran  de  suma  relevancia  la  disponibilidad de recursos, herramientas y artefactos tecnológicos para el aprendizaje.

Quienes  abordaron  el  estudio  del  compromiso  en  ámbitos  escolares (Anderman y Patrick, 2012; Reeve, 2012; Reschly y Christenson, 2012) y quienes se abocaron a estudiar el constructo en contextos no formales e informales (Almagro, Sáenz-López, González-Cutre y Moreno-Murcia, 2011; Borges-Silva, Navarro López, Huéscar y Moreno-Murcia, 2017; Lave y Wenger, 1991), le asignan gran importancia al apoyo ofrecido por el profesor. En las formaciones de maquillaje social y refrigeración, la y el tallerista se comprometieron con la enseñanza del oficio, lo cual promovió que los aprendices participaran de manera comprometida en estos espacios de capacitación laboral. En la formación en mecánica de  motos,  la  escasa  predisposición  del  tallerista  dificultó  que los participantes tuvieran acceso a los recursos, herramientas y vehículos necesarios para practicar el oficio.

En   los   tres   contextos   considerados   se   co-construyeron   competencias  socioemocionales,  potenciando  en  talleristas  y  participantes  una  mejor  adaptación  al  contexto  y  el  desarrollo  de  comportamientos  éticos  e  integrales  (Paoloni,  2019).  En  la  capacitación de mecánica de motos, ciertos estereotipos sociales vinculados al aprendizaje y ejercicio del oficio presentes en el tallerista y los aprendices hombres, trajeron aparejado desafección y abandono de la capacitación por parte de las aprendices de género femenino. En relación al apoyo familiar, Pekrun y Linnenbrink-Garcia (2012), Reschly y Christenson (2012) y Skinner y Pitzer (2012) resaltan la importancia que adquieren las expectativas de los familiares en el compromiso construido por los estudiantes. En el taller de maquillaje social, el apoyo que recibieron por parte de su familia se constituyó en un importante facilitador contextual del  compromiso  que  las  participantes  construyeron  tanto  con  el  aprendizaje como con el ejercicio del oficio.

La investigación realizada permitió estudiar las particularidades que  adquiere  el  compromiso  con  los  aprendizajes  en  contextos  aún poco estudiados. Específicamente, se ha podido reconocer y  describir  ciertas  características  contextuales  que  influyeron en la construcción del compromiso con el aprendizaje de oficios. De esta forma, se considera que el estudio llevado a cabo otorga visibilidad  a  otros  ambientes  de  aprendizaje  y  contribuye  a  una  mejor  comprensión  respecto  a  los  procesos  de  construcción  de  conocimientos en diversos ámbitos. Dentro de las limitaciones del escrito,  corresponde  mencionar  que  este  estudio  se  basó  en  el  análisis  de  los  datos  que  se  obtuvieron  de  las  observaciones  y entrevistas llevadas a cabo en las tres capacitaciones y no consideró las interacciones a través de WhatsApp que acontecieron entre participantes y talleristas en horarios extras a los de las jornadas. Para  futuros  trabajos  podría  tenerse  en  cuenta  esta  línea  de análisis, que complementaría lo analizado en este manuscrito y lo enriquecería, aportando la relevancia que adquieren las TIC como un aspecto contextual implicado en el aprendizaje de oficios. En este sentido, Wenger, Trayner y Laat (2011) reconocen que la implementación  de  redes  sociales  en  comunidades  de  práctica  potencia nuevos modos de aprendizaje social y ofrece diversas oportunidades de desarrollo profesional.

Para  concluir  este  trabajo  se  considera  que  para  futuras investigaciones sería interesante estudiar los ciclos de compromiso que acontecen en estos ámbitos de formación, a partir de la interacción  entre  aspectos  de  índole  personal  y  contextual.  En  síntesis, se reconoce que los aportes de este trabajo y las futuras líneas de investigación en este tópico, reunirían el potencial para realizar aportes significativos en el ámbito educativo, en lo que refiere  a  una  mejor  comprensión  de  las  particularidades  que adquiere el aprendizaje de oficios en contextos no formales.

 

 

REFERENCIAS

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